Como toda regla, tiene sus excepciones. Pero con mal tiempo los líderes del equipo Sky sufren más de la cuenta, se muestran más vulnerables que con una climatología amable. Los descensos, donde los parámetros de esfuerzo y pulsaciones se vuelven más imprevisibles, son otra de las claves.
Sky lleva dos años mostrándose absolutamente intratable. Ha vencido con distintos corredores las dos últimas ediciones del Tour, acompañados de París-Niza (Wiggins y Porte), Romandía (Wiggins y Froome) y Dauphiné (Wiggins y Froome). Sobre todo por la sensación de gran bloque, si bien en 2012 asustaron más que en 2013.
Sólo en dos situaciones han sucumbido sus líderes en estos dos años y ambas con lluvia y frío de por medio. La primera tuvo lugar en la Tirreno-Adriático. Froome gana en el final en alto más duro, dando un golpe de autoridad que casi le asegura como ganador final. Sin embargo, la valentía de Nibali y las condiciones de las bajadas mojadas crean una situación de carrera tan descontrolada que cede el jersey de líder.
La segunda y última derrota de los Sky, al menos por parte de sus generales, se dio en el Giro de Italia. Wiggins arrancaba en Nápoles con dudas sobre su rendimiento, pero mantenía el tipo. Hasta la llegada de la lluvia y de la media montaña. Nibali, muy activo y decidido, no dejó escapar la ocasión de meterle presión y forzó en los descensos. La nulidad táctica de los británicos hizo que incluso dejaran cortado a Urán, que a la postre se convertiría en líder del equipo y en segundo clasificado final.
Por tanto, las claves para derrotarles se resumen en tres:
– Conseguir jugar la carrera en el aspecto táctico, el gran punto débil. La lluvia crea situaciones de nerviosismo en las que aparece la visión de carrera, la estrategia e incertidumbre. En una situación de fácil lectura o con el equipo organizado, es casi imposible derrotarles si están en su mejor condición, que suele ser lo habitual.
– Intentarlo. Pese a la fachada de robots indestructibles, en muchas ocasiones se trata sólo de eso, de una fachada. Trabajan muy bien los aspectos psicológicos sobre los rivales, que se amedrentan simplemente al ver esa porte. El ejemplo más claro lo tenemos en la última montaña del Tour 2013, donde Froome atacó varias veces para después no poder seguir a sus compañeros de podio.
– Forzar en los descensos. Los Sky no destacan por su gran habilidad en el trazado de las bajadas muy técnicas. Es un ataque que pone tensión y busca el error del rival, que sobre todo en caso de piso mojado, aparece con mayor facilidad.
Más noticias:
Joaquín Rodríguez y el cambio de tendencia
¿Es Oleg Tinkov bueno para el ciclismo?
Alejandro Valverde corre más y gana menos
Los ataques lejanos de Contador
Italia sueña con el duelo Valverde – Purito
Tony Martin, contrarrelojista para siempre
Rubén Plaza, lo que podría haber sido y no fue
Rui Costa quiere hacer historia
La única puerta abierta para Samuel Sánchez y Seeldrayers
Imanol Erviti, el cemento de Movistar
El antes y el después de Pablo Lastras
El infravalorado valor de Dani Moreno
Los dos caminos de Michal Kwiatkowski
El por qué del adiós de Kloden
¿Volveremos a ver al mejor Contador?
Evans vuelve a Australia 4 años después
Oleg Tinkov busca a su Mourinho
La semilla de un nuevo Euskaltel
¿Puede Quintana ganar este Tour?
Sky comienza la operación-pavé-Froome