Marcel Kittel, ángel y látigo

El velocista revelación de 2013 se ha convertido en una estrella y una referencia pese a su juventud. En la temporada de su explosión ha dado la razón para existir a la idea de Argos-Shimano, una idea muy noble de basar sus expectativas en las llegadas masivas y las realidades creadas a través de su mismo equipo. Un gran espaldarazo a su filosofía, cuyos resultados se basaron demasiado en los de Degenkolb.

Una alternativa, también alemana, que les permitirá tener razones de peso para acudir a todas las carreras con opción. Kittel es, hasta que se demuestre lo contrario, el hombre a batir. Es cierto que la Vuelta no tuvo apenas llegadas masivas y que el Giro estuvo tiranizado por Cavendish. Pero Marcel ganó a todos los mejores, además en cinco ocasiones. Nada de casualidades o de un día bueno.

Necesita mejorar un poco en las subidas, ya que así su equipo sufriría menos incertidumbre de cara a la llegada. Y ganaría muchas más pruebas. En ese sentido es más Cavendish que Freire. Pero es joven y puede evolucionar.

Los duelos de velocidad echarán chispas con más candidatos que nunca. El británico, los alemanes Ciolek, Degenkolb o Greipel, el eslovaco Sagan… por no hablar de las jóvenes promesas que aprietan fuerte como Demare, Bouhanni o Matthews. Todos detrás de Kittel, el rey en 2013 y la referencia al inicio de 2014.

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