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Michael Matthews, objetivo San Remo

El australiano, uno de los velocistas más destacados del pasado curso, ya prepara su asalto a la ‘Classicisima’, una carrera en la que ha ganado opciones con la supresión final de la cota de Pompeiana, una dificultad orográfica cuya desaparición ha hecho sonreír a los sprinters. Sin la arrancada del Cancellara de turno, la llegada masiva está cantada. Si se elimina algún velocista, entra un segundo orden de corredores entre los que se encuentra el de Orica. 

Es el primer objetivo del año para un ciclista que ya sabe lo que es ganar en una grande como la Vuelta tras haber sido reconocido como una de las grandes promesas de la recta final de las etapas. Un producto de la cantera de Rabobank que tras ser campeón del mundo sub-23 fue encontrando el hueco y las victorias, aunque no a la velocidad que le gustaría.

Abandonado el barco holandés e incluído en el equipo de su país, los resultados han empezado a llegar, si bien es cierto que le falta un punto de madurez para enfrentarse cara a cara con opciones ante los grandes. A Kittel, gran dominador del Tour 2013, le costó marcar esa diferencia.

Ambos pueden protagonizar los duelos del futuro, esos que con mucha facilidad ganarán ante los viejos rockeros. Matthews, además, pasa la media montaña, lo que le confiere una gran ventaja con respecto al propio alemán y otros muchos velocistas. Pero su mayor garantía es su inteligencia en los metros finales, además, por supuesto, de su punta de velocidad.

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