Mijares, eterna placidez

Fotografía: Franci García.

Texto: Martín Cervan.

Estado del firme:****

Dureza:**

Volumen de tráfico:*

Consejos y sugerencias: más por longitud que por dureza, el puerto puede acabar pasando factura en su espectacular parte final.

 

Pocas veces la pendiente media es verdaderamente significativa de lo que es en sí un puerto como sucede con Mijares. Y es que, exceptuando la aproximación y travesía -¡qué hermosas y cuidadas balconadas exhibe el pueblo!- de Gavilanes, del resto podremos decir que será coser y cantar. El paso por Mijares, abundante en fuentes, nos va a transportar a continuación a parajes que derrochan verdura, con excelentes ejemplares de castaño mediado el puerto y un pinar que verdea en las laderas de la sierra antes de que el canchal se apropie de los últimos kilómetros de ascenso. Un recorrido final que, aderezado con varias herraduras en su trazado, domina las estribaciones del valle del Tiétar hasta los Montes de Toledo. Pondremos fin a este otero natural tras más de 22 km. de franco ascenso para unos 1.100 m. de desnivel, todo un primera categoría que, no obstante, se dejara domeñar por el menos capacitado de los cicloturistas.

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