La decisión de Movistar de distribuir a sus grandes líderes entre las tres grandes es motivo de un profundo análisis. El colombiano quiere batir en primer lugar el registro que su compatriota Urán dejó en la segunda plaza. Nunca antes un ciclista de aquel país ganó el Giro.
También le surge la posibilidad de disputar con las fuerzas casi intactas la Vuelta, en la que emular a Herrera sería un acontecimiento sublime. Recorrido tendrá para ello, además del apoyo de una escuadra que incluirá a Valverde y a otros muy buenos coequipiers.
1/ El pavé
El miedo a una caída en aquella etapa del Tour le ha hecho pensar muy mucho el jugarse la suerte de la temporada a un día. Bien por caída o bien por un gran corte que le elimine para la general. En todo caso, un resultado poco apropiado para haber sacrificado la temporada en vano.
2/ La última oportunidad de Valverde
El murciano está ya cerca del ocaso de su carrera, por lo que podría afrontar su enésima última participación en el Tour con posibilidades de hacer algo importante. El ciclismo que necesita el líder espiritual del equipo es opuesto al que se plantearía con el colombiano como máximo estandarte, mucho más ofensivo y capacitado para la alta montaña.
3/ Si ganase el Tour, ya no ‘podría’ dejar de ir al Tour
El poder mediático de la carrera francesa es tal que en caso de que un ciclista lo gane adquiere un grado de estrella tal que las marcas comerciales que le sustentan sólo querrían que fuese al mayor escaparate, el mes de julio. Ha habido excepciones, pero según está construido el ciclismo hoy día parece complicado pensar en otras opciones. Aún siendo ‘sólo’ segundo ya ha adquirido mucha presencia mediática.
4/ Menos rivales
El Giro, por desgracia, no cuenta con los mejores corredores del panorama internacional. Sí, en ocasiones alguno se deja caer, pero no es más que una bendita excepción. Ciclistas italianos en su mayoría, líderes veteranos o asustados por otros recorridos se suelen dar cita para competir por la maglia rosa. Una carrera muy dura, muy bonita, pero sin la exigencia de competir contra el mejor pelotón del momento en su mejor estado de forma.
5/ Puede correr la Vuelta
El mito de Herrera sigue muy vivo en Colombia. Su victoria en 1987 encumbró a los ‘escarabajos’ y aún no ha tenido la continuidad esperada. Para Nairo sería muy bonito poder reeditar aquel éxito para su país. Aún esperan que alguien corone de nuevo con la bandera tricolor el Paseo del Prado.
6/ Probar la responsabilidad única
Aunque ya ha disfrutado de galones en otras ocasiones, aún no ha liderado a un equipo en una grande de inicio a fin. Tanto en la Vuelta 2012 como en el Tour 2013 ha tomado la salida con el único objetivo de aprender y ayudar a Valverde. En ambos casos la carrera le ha ido demostrando que daba para mucho más.
7/ Historia: sería el primer colombiano en ganar
Ningún ciclista de esta nacionalidad había pisado el podio antes que Rigoberto Urán lo hiciese en el último Giro. Una verdadera lástima, ya que han tenido mucha relación con la carrera transalpina. Ganar sería un hito más para una generación que va camino de marcar una etapa en el ciclismo.
8/ Un recorrido muy favorable
Los diez finales en alto le son muy favorables. La única cronometrada larga individual tiene su dificultad y le perjudica tanto a él como a su principal rival, Joaquín Rodríguez. Incluso tiene cierta ventaja con el catalán en esa disciplina. Sin tanto riesgo en etapas de media montaña -no las hay-, Nairo puede dominar con facilidad si se encuentra en su mejor estado de forma.
9/ Menos presión mediática
El Giro se vive mucho en Italia, es cierto. Pero se ve a los gallos extranjeros como un amable homenaje a su querida competición. Se les hace sentir muy cómodos, a la par que la presencia de la prensa de fuera es muy inferior a la que tiene lugar en el Tour. Es un ciclista muy joven que lleva apenas dos años en el profesionalismo y debe ir aprendiendo poco a poco a convivir con ello.
10/ El modelo Reynolds-Banesto-Indurain
Quintana ha saltado de un golpe todos los mandamientos del dúo Echávarri–Unzué en cuanto a preparación para ganar el Tour. Llegar, ver y casi vencer, si bien es cierto que su desventaja en los Pirineos se debieron más a la táctica de peón de ajedrez que ejerció en Movistar y a sus ataques kamikaze que a sus fuerzas, aspecto en el que andaba tanto o más que el propio maillot amarillo. Esa forma de trabajar sigue muy interiorizada en la escuadra y es una muestra más del proteccionismo que se ejerce sobre los corredores jóvenes dentro de ella.
Más noticias:
Otro Marc Márquez, un nuevo Contador
Pozzato, el talento y el desperdicio
Galería de fotos: Mont Ventoux
La nueva responsabilidad de Henao
La gran oportunidad de Mikel Nieve
El paralelismo entre Aru y Nibali
El enésimo tropiezo de Valverde
¿Wiggins y Froome de nuevo juntos en el Tour?
Voeckler, osadía de World Tour
Luis León Sánchez a Caja Rural
Ciclismo español, la generación de las vacas flacas
Castroviejo, el vueltómano recortado