Nuevo Tour, nuevas montañas

Se presentó el Tour 2017 en París, con menos expectación de la habitual dado que se conocían casi todos los finales de etapa con antelación, al menos de forma extraoficial.

La salida se conocía desde hace tiempo: desde Dusseldorf se iniciará una ruta diferente, con multitud de macizos montañosos y, una vez más, escasez de kilómetros contra el crono.

Y eso que la carrera comienza con una prueba individual de 13 kms por los valles cercanos a la ciudad alemana. Pero será casi la única en 23 días de carrera, y apenas abrirá huecos en la general, dada su escasa longitud.

Una de las máximas del Tour es dar pocos días de reposo a los lideres, y eso lo consigue, porque tras una llegada para sprinters en Lieja, la tercera etapa acaba en un repecho de 1,2 kms al 7%. Y acto seguido llega la primera llegada en alto de entidad: Planche des Belles Filles, en Los Vosgos. Una subida sin puertos previos pero exigente (5 kms al 7,3%).

Tras una etapa para sprinters en Troyes y otra en Nuits Saint Georges se afrontará la segunda etapa de media montaña, donde los lideres deberán estar atentos. La llegada a Station des Rouses cuenta con dos puertos previos, especialmente Les Molounes (11 kms al 6,7%) con un tramo central exigente que queda a 11 kms de meta, todos ellos de falsos llanos.

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No obstante esta etapa será la previa de una de las etapas reinas del Tour. Una etapa por las montañas del Jura realmente exigente, con estrenos impresionantes y reapariciones míticas.

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El Col de Berentin (11 kms al 4%) servirá para calentar las piernas de salida, pero enseguida se afrontará el primer gran puerto de la jornada. El Col de la Biche se estrena en el Tour. Sus 10,5 kms al 9% pueden seleccionar el pelotón, como a buen seguro hará la vertiente más extrema de Grand Colombiere, que se afronta a continuación (8,5 kms al 10%). Una tramo de exigencia máxima que queda a 90 kms de meta. Pero aún restará lo más duro, la subida a Mont du Chat, una subida de 8,8 kms al 10,2%, desde donde restará una bajada rapidísima y 10 kms Llanos hasta meta. Una etapa que cierra el primer bloque de carrera, y que resultara una de las más exigentes de la edición.

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El reinicio de la carrera se hará en la Dordoña, para rápidamente tras dos etapas para el sprint, llegar a Pau. Una primera etapa pirenaica con distancia (214 kms) y puertos (Mente, Bales y Peyresourde) bastante duros y bien enlazados concluirá en el repechón de la estación de Peyragudes. La segunda pirenaica será muy corta (100 kms) pero con puertos muy duros, especialmente Mur de Peguere, a 25 kms de meta.

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Tras los Pirineos habrá una jornada de calma y otra de media montaña con final en Puy en Velay con otro estreno de un puerto duro a 30 kms de meta antes del segundo descanso.

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La traca final se inicia con una etapa llana antes de afrontar la que posiblemente es la etapa reina de la edición. Entre La Mure y Serre Chevalier se disputarán 185 kms con las ascensiones a Ornon (2ª) y sobre todo a Croix de Fer (casi 30 kms al 5%) y al Telegraphe-Galibier, una ascensión interminable de 32 kms con zonas exigentes y coronándose a más de 2600 metros. De allí a meta, un descenso no muy complicado.

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La última etapa de montaña, con Vars e Izoard, acabando en el mítico puerto alpino, con 14kms finales al 7% puede no bastar para recuperar mucho tiempo perdido.

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Se acaba la montaña pero no la carrera, con una etapa llana hasta las cercanías de Niza y una etapa contra el reloj en Marsella el último sábado. Los 23 kms por Marsella apenas podrán compensar lo perdido por los más rodadores en las montañas, pero servirán de aviso para que los más ligeros intenten aumentar sus diferencias en las cumbres.

Aún quedará un largo traslado y paseo por Paris para coronar al campeón de una edición que de nuevo coronara a un corredor completo, pero que deberá cimentar su triunfo en las rampas más duras.

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