El catalán ha demostrado que necesita muy poco para coger la forma. Después de haber estado desaparecido de la competición y habiendo estado entrenando en Canarias, el líder del Katusha ha vuelto con más fuerza que nunca, como si no estuviese a medio camino entre los 30 y los 40 años de edad.
La Volta siempre ha supuesto una motivación especial para él, aunque nadie esperaba que mostrase una actuación tan buena con tan poco bagaje en lo que va de temporada. Joaquín nos tiene acostumbrados a este tipo de rendimientos. Ya en 2012, cuando procedía de una lesión y apenas había competido con anterioridad, estuvo muy cerca de ganar la Vuelta al País Vasco, de lo que sólo le separó la crono final, que a punto estuvo de sortear.
Mucho mérito, además, en una competición con una participación de primeros espadas de un gran nivel. Froome, Contador, Quintana, Urán… la flor y nata de las grandes vueltas. De hecho, Nairo, al que batió en las cimas de La Molina y Vallter 2000, será en teoría su gran rival en el Giro de Italia, su primer objetivo.
Bien es cierto que el de Movistar ha corrido enfermo y no en su mejor versión, pero tampoco hemos visto al mejor Purito. En teoría, al menos. Y le ha superado, un hecho que para su moral será muy positivo, no cabe duda. Aunque no definitivo, ya que en un mes todo puede cambiar.
