El Giro de Italia no pasa un buen momento. El escándalo de su ex director general, Acquarone, ha terminado por hacer perder la deriva de una carrera histórica como
la italiana. Una lástima debido a lo bello que resulta ver a un país volcado con su carrera.
No obstante, los problemas sacuden a su ciclismo con casos de dopaje que sólo complican la existencia a una generación de buenos corredores que no merecen la mancha con la que tienen que convivir.
Casos como el de Di Luca, tan brillante en carrera como falso, o el de Sella y Ricco, que de pronto dejaron salir el ‘Pantani’ que llevaban dentro, flaco favor hacen a una generación que puede ofrecer muy buenos momentos a los tiffosi, que, dado su apoyo incondicional al ciclismo, lo merecen.
La supremacía de Nibali, en plena madurez, las ganas y clase de los jóvenes que vienen pidiendo paso como Fabio Aru o Moreno Moser, la calidad por confirmar de Eros Capecchi, Caruso o Brambilla, o la potencia del sprint de Viviani y Modolo, que ocuparán la próxima
generación del sprint. Todos ellos son la cara amable de un ciclismo con gran tradición, generoso en grandes campeones, leyendas y hazañas.
Muchos factores para el pesimismo, pero muchos otros para no perder la esperanza. Los italianos siempre han sido el corazón del deporte de la bicicleta, aportando ciclistas en prácticamente todos los equipos desde tiempos remotos. Volverá a su esplendor.
EN EL ESPLENDOR DE SUS CARRERAS
Vincenzo Nibali, el líder
El jefe de filas del Astana es y ha sido el referente italiano desde su irrupción en el Tour de Francia 2009, haciéndolo coincidir con la caída progresiva de Ivan Basso y Michele Scarponi. El siciliano ni es será nunca el mejor corredor de la historia, ni será recordado por
su gran motor. Lo será por algún gesto como el que tuvo lugar en la llegada al Angliru en su duelo ante Horner. Sabía que llegando a las bonificaciones podría ganar la Vuelta sin mucho problema, pero eso no valía para alguien que quería ganar a lo grande. Uno, dos, tres… y hasta seis ataques a bloque para desbancar el que a la postre demostró ser mejor.
No se trata de un escalador de largo alcance como Chiapucci o un superclase como Bugno, pese a que su palmarés poco o nada tiene que envidiar. Pero es el más bravo desde Marco Pantani y eso son palabras mayores. El cariño que se le tributa traspasa fronteras. En Italia, tal vez por ambición no se ha prodigado en exceso, si bien ya cuenta con una victoria y dos podios en el Giro y generales de Tirreno-Adriático y muy buena actuación en las clásicas.
Domenico Pozzovivo
Es una de las revelaciones de los últimos años. El actual ciclista de AG2R es un muy buen escalador que obtiene mucho mejores prestaciones en los puertos de altos porcentajes, donde saca partido a su escaso peso. Se prodiga poco fuera de Italia, a pesar de que
ahora corre para un equipo francés en lo que ha sido su debut en la máxima categoría.
En el Giro ya ha conseguido dos top-ten, por uno en la Vuelta, en la que sorprendió con su tercera posición en la contrarreloj llana y su sexta plaza final, siendo muy regular en alta montaña. A sus 31 años debería estar en su mejor momento, pero parece que seguirá un año más sin descubrir el Tour de Francia. Giro y Vuelta deben ser sus objetivos de nuevo.
EN EL OCASO DE SUS CARRERAS
Ivan Basso, un poso de dignidad
El veterano de Cannondale sigue en activo mostrando un nivel más que aceptable. Es de los pocos ciclistas que han conocido la época de Lance Armstrong, del que llegó a ser gran rival. Se ha enfrentado con éxito a su vez a la generación posterior, en la que Evans, Valverde o el propio Nibali le han visto competir a muy buen nivel. Tras su implicación en la OP y su confesión, ha sido uno de los ciclistas más aclamados por la crítica y la afición.
Scarponi, el gregario
Ha sido inteligente en su cambio a Astana para trabajar en favor de Nibali. Es un buen escalador, pese a que la chispa que tenía antaño ha desaparecido. A ese nivel aún puede
ofrecer unas altas prestaciones, por lo que se puede considerar una buena decisión. En todo caso será el líder del equipo en el Giro, en el que luchará por una victoria que ya posee, aunque de modo únicamente nominal tras la descalificación en 2011 de Alberto Contador.
Alessandro Petacchi, el mito
El conocido sprinter de principios de la década de los 2000 ha firmado
por Omega para lanzar al inglés Mark Cavendish. Un papel en el que no tiene la presión de
ganar y en el que puede ser de mucha utilidad al equipo. Uno de los más veteranos.
Damiano Cunego, la eterna promesa
El príncipe que iba a reinar en el mundo y que tuvo que conformarse con ser Infante. En Lampre es el amo y señor, con total libertad de movimiento, aunque sin el crédito de antaño en las grandes citas. Casi nada desde su sueño en rosa del año 2004, muy poco bagaje.
GIOVANE, IL FUTURO
Fabio Aru
Le están cuidando con mimo y ya trabajan con él para que pruebe en el futuro como líder. Buen escalador, tiene sólo 23 años.
Moreno Moser
Sobrino del mítico apellido Moser, el de Cannondale pertenece, así como Aru, a la generación del 90. Es un buen rodador, así como un especialista en clásicas, pero no se le debe menospreciar en cualquier otra disciplina, ya que está en permanente evolución.
Elia Viviani
El velocista de Oppeano es uno de los más destacados de su generación. Le falta algo para batir a los viejos rockeros que dominan el panorama del sprint, pero es de los que está justo tras ellos.
Adriano Malori
Uno de los contrarrelojistas que en el futuro marcarán la diferencia en la especialidad.
Diego Ulissi, el aventajado
No hay otro que haya irrumpido con más fuerza en el panorama de Italia, pero tampoco mundial, si obviamos a Nairo Quintana. Es uno de los talentos para las décadas venideras, con mucho que ganar en clásicas y etapas de montaña. Será probado en generales en mayo, en el Giro.