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Regreso al futuro... ciclista

El futuro es hoyEl 26 de octubre de 1985, Doc y Marty McFly, los inmortales protagonistas de la mítica saga cinematográfica Regreso al futuro viajaban al año 2015,  concretamente al 21 de octubre, es decir, al día hoy. Para ellos viajar al futuro era viajar hasta este momento de nuestra historia. Más allá de las muchas profecías no cumplidas que nos dejó aquella inolvidable película, la trama de la historia giraba en torno a un almanaque deportivo con los resultados de 50 años de competiciones y en Desde la cuneta no hemos podido resistirnos a la tentación de imaginar lo que sería viajar ahora a 1985 con un almanaque con los resultados de los últimos 30 años de carreras ciclistas.

En aquel lejano mes de octubre de 1985, mientras Doc y Marty ponían rumbo al futuro para enmendar los despropósitos de Marty jr., la temporada ciclista había llegado a su ocaso. Bernard Hinault había conquistado su 5º Tour de Francia, hipotecando, eso sí, las opciones de conseguir un sexto triunfo al prometerle al emergente Greg LeMond, trabajar para él en la edición del año siguiente. Un mes y medio antes, el bretón había conquistado su tercer Giro de Italia, también el último que logró. A nivel local, un joven segoviano, Pedro Delgado, había conquistado su primera Vuelta a España gracias a una maniobra imposible en la penúltima etapa, disputada por la Sierra de Guadarrama. De lo poco que podíamos haber adivinado en aquel momento, es que se hablaría de esa etapa 30 años más tarde, aunque pocos, por no decir ninguno, podrían haber adivinado que tardaría exactamente ese tiempo, 30 años, en producirse un vuelco similar en esa misma etapa. Hennie Kuiper se había impuesto en San Remo, Vanderaerden en Flandes, Marc Madiot en Roubaix, Moreno Argentin en Lieja, Sean Kelly en Lombardía y Joop Zoetemelk se convertía en el campeón del mundo de más edad, al conseguir el arcoíris unos meses antes de cumplir 39 años. Ese mismo año vendrían al mundo unos cuantos niños que con los años iban a convertirse en ciclistas profesionales. Pero por entonces los Richie Porte, Dario Cataldo, Jakob Fuglsang, Tony Martin, Greg Van Avermaet, Chris Froome, Mark Cavendish, José Joaquín Rojas o Andy Schleck  no eran más que bebés que ni siquiera se tenían de pie.

Miguel Indurain, el líder más joven de la historia de la Vuelta, en 1985
Un joven Miguel Indurain en 1985, antes de dominar el mundo ciclista

Este era el mundo que dejaban atrás Marty y Doc ¿pero qué hubiera pasado si alguien les hubiera robado el Delorian y hubiera vuelto de 2015 a 1985 para dejarle un almanaque con los resultados de las carreras ciclistas de los siguientes 30 años a su yo de 1985? Pues que seguramente ese yo de 1985 sería ahora una de las mayores fortunas del planeta. Porque quién podría imaginar en 1985 que ese Tour que había ganado Hinault sería el último que ganase un francés hasta el momento. Y qué decir de los españoles, que por entonces sólo habíamos ganados 2 Tour de Francia en 82 años de historia, por no hablar del Giro de Italia o el campeonato del mundo, donde nunca uno de los nuestros había levantado los brazos. Desde luego, quien hubiese apostado que en los siguientes 30 años íbamos a ganar 10 Tours, 4 Giros y 5 mundiales se habría hecho de oro y más si se le hubiese ocurrido vaticinar que aquel jovencito navarro que ese mismo año se había convertido en el líder más joven de la historia de la Vuelta, conquistaría 5 Tour de Francia de manera consecutiva, convirtiéndose en el primer corredor de la historia en protagonizar tal gesta. Aún más inverosímil nos habría resultado saber que un norteamericano elevaría esa marca hasta 7 sólo una década más tarde, imponiendo un dominio prácticamente sin precedentes en la historia del deporte de élite. Y si algún loco hubiese sido capaz de soñar tal hazaña, resulta complicado pensar que hubiese imaginado otro nombre distinto de Greg LeMond.

El americano bien podría haber sido el protagonista de una de las apuestas más rentables de estas tres décadas pues si alguien hubiese anticipado su victoria del Tour de 1989 el día que éste comenzó, habría conseguido un buen pellizco, sin duda. Aunque nada comparado con lo que habría conseguido el que hubiese apostado por la victoria del español Óscar Pereiro en 2006. Las de Aitor González en la Vuelta de 2002, la de Juanjo Cobo en la de 2011 y la de Horner dos años más tarde seguro que también se habrían pagado bien. O apostar porque un imberbe Evgeni Berzin sería el primero en hacer hincar la rodilla al por entonces todopoderoso Miguel Indurain, allá por el Giro de 1994. Dejarse el sueldo el 5 de mayo de 2012 anticipando la victoria de Ryder Hesjedal en el Giro también hubiese sido un gran negocio, sin duda.  Y eso sin salir de las grandes vueltas.

Angliru, uno de los iconos posmodernos del ciclismo
Angliru, uno de los iconos posmodernos del ciclismo (fuente: Plataforma recorridos ciclistas)

Pero más allá de resultados, el mundo del ciclismo nos dejó modificaciones impensables hace 30 años. Ver la Vuelta a España disputarse (y consolidarse, pese a los agoreros) en septiembre, la sofisticación tecnológica que iba a reducir el peso de las bicis y la ligereza de los tejidos a su mínima expresión o a convertir aquellos rústicos cuentakilómetros que en 1985 eran casi un artículo de lujo en complejos miniordenadores de a bordo. Una sofisticación tecnológica que iba a permitir la aparición de las bicicletas de 10 y hasta 11 velocidades, facilitando con ello la aparición de desarrollos que por entonces quedaban reservados para las bicicletas de montaña y con los que el ciclismo llegaría a lugares antes impensables, sacando del anonimato nombres como Mortirolo, Angliru o Finestre para convertirlos en íconos del ciclismo mundial 30 años más tarde. Por no hablar de la otra sofisticación del ciclismo, la del dopaje, que iba a convertir las anfetaminas y demás productos dopantes de la época en un juego de niños comparado con lo que estaba por venir. EPO, autotransfusiones, CERA… el ciclismo del futuro resultaba, desde esta perspectiva, tan aterrador que seguramente Marty y Doc se hubiesen dado media vuelta de haberlo sabido.

Y es que 30 años de historia del ciclismo dan para mucho, esto es sólo un “breve” resumen de lo más sonado, de aquello que a cualquiera de nosotros nos hubiese permitido ganar una fortuna de haberlo sabido con tiempo. Así que ya sabéis, si a lo largo del día os encontráis un Delorian y viajáis a 1985 para contarle todo esto a vuestro yo de entonces  no olvidéis imprimir este post porque si aparecéis con una tablet o un smartphone vais a tener serios problemas para encontrar wifi a la que conectaros.

Buen viaje, cuneteros del pasado… y del futuro

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