RESUMEN DE LA PRIMERA SEMANA VUELTA 2015

La Vuelta 2.015 se inició con polémica. ASO diseñó para primer día un recorrido novedoso que recibió fuertes críticas los días previos al comienzo de la ronda española. Hubo opiniones para todos los gustos, imposibles de resumir aquí. Sobre si era muy peligroso, o si la cosa no era para tanto. Se tomó la decisión de que los tiempos no computasen para la general individual. Los equipos con favoritos para el triunfo final, así como otros, decidieron por tanto no arriesgar en ese recorrido. Victoria para BMC y Peter Velits de líder.

La polémica continuó durante la segunda etapa con final en Caminito del Rey. Un final precioso por cierto. Un acierto de la organización para ser el segundo parcial, entrar ya en harina, y que así se estableciesen las primeras diferencias entre los favoritos. Que la carrera en su conjunto va a estar muy condicionada por la contrarreloj de Burgos (a diferencia del pasado Tour) lo demostró el tempranero ataque de Quintana. De todas formas fue superado en el rush final por Purito. Ya se establecieron las primeras diferencias entre los gallos en un puerto corto pero con altos porcentajes puntuales. También quedó clara otra de las imágenes que en principio vamos a observar a menudo durante la carrera, cual es el marcaje entre Valverde y el propio Purito. La etapa fue para el colombiano Chaves que se vistió además de rojo.

La polémica surgió tras una caída en el pelotón que dejó cortado a Vincenzo Nibali. El Tiburón recuperó posiciones como todos ya sabemos. Que esas “artes” están muy extendidas y son muy aceptadas dentro de los profesionales quedó demostrado cuando fue la propia organización quien debió actuar “de oficio” porque no hubo “denuncia de parte”. Nada nuevo bajo el sol. Aplaudimos desde aquí la decisión de la organización de expulsar a Nibali y a su director Shefer. Más culpable éste último, porque se supone que no va a tantas pulsaciones como los ciclistas y debe mantener la cabeza fría para tomar decisiones. La Vuelta ganaba así en credibilidad tras lo sucedido el día anterior en Puerto Banús.

En Málaga Peter Sagan regresaba a la senda de los triunfos en grandes rondas. Sin Contador en la salida, y a la espera del rendimiento de Majka en montaña, Tinkoff-Saxo trabajó decididamente para el eslovaco. Batió a Bouhanni, mermado tras una caída, y a Degenkolb. Siguió trabajando Tinkoff-Saxo en la siguiente etapa con final en rampa. A los amarillos solían acompañar en cabeza del pelotón tanto Movistar como Katusha. Pero en Vejer Sagan regresó a la senda de los segundos puestos. Ganaba y demostraba nuevamente su enorme clase Alejandro Valverde. Y de nuevo la pregunta volvía a asaltar nuestra mente: ¿Su clase ha sido convenientemente explotada a lo largo de toda su carrera deportiva? El final en Alcalá de Guadaira nos trajo cambio de líder. Chaves perdió el maillot rojo a favor de Tom Dumoulin. La cara para el Orica fue el triunfo de Caleb Ewan. El australiano confirmaba de esta forma ya en el World Tour su magnífica progresión en las categorías inferiores. La etapa nos permitió ver un cambio cualitativo. A Caja Rural tirando del pelotón para cazar la escapada, confiando ya en Barbero o ya en Gonçalves.

Chaves volvió a vestirse de rojo en Sierra de Cazorla pese a la entereza con lo que lo defendió Dumoulin en un terreno que más le favorecía al colombiano. El ataque del Chavito se produjo a poco más de 2 kilómetros para la meta. Y surgió de nuevo el debate de los últimos años. ¿Quién propicia este ciclismo “pancartero”, “youtube”? ¿Los propios ciclistas? ¿Los organizadores con sus diseños de recorridos? Si estas rampas estuviesen mediadas las etapas, ¿se propiciarían ataques? ¿Se mantendrían los ataques hasta meta? Debate muy extenso y que merece capítulo aparte. No hubo diferencias entre los favoritos que aguardaban al día siguiente un final más exigente en Las Alpujarras.

Pero la ascensión a Capileira resultó absolutamente decepcionante a pesar de que esta vez había más de 21 kilómetros finales cuesta arriba. Las esperanzas de ataques lejanos pensando en la contrarreloj de Burgos se diluyeron. La pasividad mostrada por algunos ciclistas contrastaba con algunos comentarios en la prensa y redes sociales referidos a la excesiva longitud de esa contrarreloj burgalesa. Vivir para ver… Aru atacó y obtuvo ligera ventaja. La sorpresa negativa la daba Froome que se quedaba y perdía unos segundos. Pero todo ello sucedía en los dos kilómetros finales. La escapada esta vez sí obtuvo recompensa, por lo menos para el holandés Lindeman, que ganó el parcial.

La polémica regresó en Murcia en una etapa con doble paso por la Cresta del Gallo. Un Peter Sagan vestido de verde como líder de la regularidad la emprendía a patadas contra un vehículo de la carrera. La razón: que ese vehículo le había derribado. Sagan reemprendía la marcha y llegaba a meta. Pero era multado económicamente por la organización. A su vez el vehículo era expulsado de carrera. Al día siguiente el eslovaco no tomó la salida por las lesiones que padecía. Tampoco lo hizo el vencedor de la etapa que se resolvió al sprint, el belga de Trek Jasper Stuyven. El joven ciclista tenía lesionada una de sus muñecas tras una multitudinaria caída. Aún así levantó sus brazos en Murcia. La masiva caída tuvo como más desgraciado protagonista a Kris Boeckmans al que llegó a practicarse un coma inducido, con positiva recuperación en estos momentos. Y como afectados más ilustres a Dan Martin, top cinco en ese momento en la general, y al estadounidense Van Garderen, que regresaba a su mal fario del pasado Tour. También Bouhanni.

Todos los ataques que echamos en falta en Capileira se concentraron en los cuatro kilómetros finales de subida a Cumbre del Sol. Froome, principal perdedor de la jornada en las Alpujarras, recuperaba tiempo y credibilidad en la costa mediterránea. Así que, viendo lo sucedido, pocos análisis se podrían hacer acerca de lo presenciado en esos kilómetros finales. Si en dos días las conclusiones sobre Froome habían variado de tal manera, bien estaría en no dar mayor importancia tampoco a las pérdidas de tiempo que sufrieron por ejemplo Quintana o Valverde. Chaves dejaba el maillot rojo de nuevo a Tom Dumoulin. Si en Cazorla lo había defendido con entereza, ahora el holandés lo recuperaba con merecimiento en un final muy similar. Dumoulin mostraba que “ese” también podía ser su terreno. De hecho ganó la etapa al mismísimo Froome, que corrió como siempre al dictado de las nuevas tecnologías del entrenamiento y rendimiento, conjugada con la sangre fría suficiente para obedecer a esas teorías con independencia de sus resultados cuarenta y ocho horas antes.

No sabemos a estas horas si Dumoulin se verá a sí mismo como posible ganador de la Vuelta. La cuestión es que al día siguiente en la etapa con final en Castellón hizo labores de gregario a favor de Degenkolb para que el alemán pudiese ganar el parcial. No sirvió para ello, porque la etapa se la adjudicó para MTN-Qhubeka el italiano Sbaragli. Pero el detalle ahí quedó.

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