El vasco tuvo muy buenas actuaciones en el Tour del Porvenir, sin llegar a ganar y sucumbiendo a Rinero y la Madeleine. El escalador de Euskaltel pasaría después a Festina y ONCE, donde subió al podio de París como gran representante del ciclismo español durante cuatro años, justo hasta su caída en una bajada maldita. El parecido del murciano con Joseba procede del momento del ciclismo español.
Tras unos años gloriosos de Miguel Indurain, se atravesó una época en la que los triunfos y podios en las grandes se veían como auténticas heroicidades. Con la próxima retirada de Contador y la falta de un relevo evidente, Rubén y otros jóvenes tendrán que asumir ese peso. Tal vez haya una generación intermedia que alivie esa presión, pero seguro que evoluciona hacia el gran vueltómano que promete.
Beloki tomó el mando del pelotón nacional tras la era de Olano y Escartín, incapaces durante mucho tiempo de conseguir lo que al de Festina le costaría lograr sólo una participación en el Tour. Ese complejo de relevo y herencia se convirtió en esperanza y calidad. No son comparables las épocas de cada corredor, pero Fernández podría ser ese ciclista que acabe con una temporada de sequía, de complejos y de fantasmas.
Por edad, otros han tardado entre tres y cinco años en destacar al máximo nivel. Casos de Menchov, Quintana, Casero, Indurain… Veremos qué nos depara el futuro del corredor de Caja Rural.
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