Cumple 32 años el escalador venezolano, que sigue corriendo pese a que en junio anunció su adiós, ha sido uno de los más llamativos corredores del pelotón profesional mundial. Los grandes días del ciclista de Mérida ya pasaron, aunque la curiosidad por ver a ese gran artífice de esas epopeyas épicas sigue vigente.
Pocos hombres han podido contar con un historial y una trayectoria como la suya. Sí, salvo los Giros de 2005 y 2011, no ha cosechado muchas victorias de nivel, pero la nómina de equipos por la que ha transitado ha sido más que magnífica. Desde que saltase a la fama en el italiano Selle Italia de Gianni Salvo, ha pasado por grandes escuadras.
En 2006 firmó por Quick Step, con la única salvedad de que corriese la ronda italiana con su anterior formación. No tuvo una actuación destacada aquel año, pese a la etapa de La Thuille, donde incluso fue capaz de atacar a un poderoso Basso. Entre el frío, abandonaría la carrera en plena subida, tras haber atacado apenas unos kilómetros antes.
En el equipo belga no tendría una actuación ni mucho menos destacada. Observando el mal rendimiento, pasaría a otra escuadra de Bélgica, el emergente Unibet. Saltó a Caisse d’Epargne, donde tampoco se encontró. Regreso al campo amateur venezolano y más tarde vuelta a Europa ISD-Neri, un nuevo fracaso en su trayectoria.
En una nueva etapa con Salvio recuperó algo de su esplendor, pero fue sólo un espejismo. En 2012 volvería al anonimato absoluto en las grandes pruebas. En 2013 firmó por Vacansoleil, pero nada habría que hacer.
Ahora se retira de forma temporal de los focos. Con tantas idas y venidas de un lado al otro del charco, quién sabe lo que espera a la vuelta de la esquina en la biografía de Rujano.
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