El de FDJ se confirma como un buen vueltómano. En tres grandes se ha clasificado entre los diez primeros en dos de ellas y ha abandonado en la tercera, si bien en esta última participación no estuvo especialmente bien, generando muchas críticas en el país vecino. Sabiendo que en 2014 repetirá calendario, ahora tiene la oportunidad de mejorar sus puntos flacos. El mayor: la contrarreloj.
El ciclista nacido en Melisey buscará un cambio en las posiciones sobre la bicicleta para ser más competitivo en las cronos y, por ende, lastrar menos sus clasificaciones en las rondas por etapas. En las subidas ya sabe que no sólo puede estar con los mejores, sino que puede buscar cambios de ritmo sin perder el tren de la general.
Lo positivo del próximo Tour es lo tardío de la contrarreloj de Bergerac. Al celebrarse a final de carrera, la motivación y las fuerzas cuentan más que la especialidad, aunque el trazado sea muy largo para Pinot.
El Giro sería, en cambio, muy buena carrera para él, con muchos finales en subida y donde la propia regularidad de un escalador en su terreno le bastaría para pelear por el podio. En la Vuelta le sucede algo parecido, si bien los puertos explosivos y de grandes rampas le van algo peor. En el Naranco cedió un minuto en apenas un kilómetro, con las fuerzas ya muy justas. En Peña Cabarga y en el Angliru estuvo en un término medio, cerca de los corredores con los que peleaba la posición.
Pero rindió mejor en las de fondo, en las de los Pirineos, donde la acumulación de desnivel hace flotar el verdadero carácter y valor de los escaladores. Sabiendo que con esa cualidad cuenta, toca mejorar todas las demás. Es cuestión de tiempo que trabaje en el túnel del viento.
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