Corria el año 1993. La primavera italiana llegaba tímida a los dolomitas italianos. Miguel Induráin llegaba a la etapa reina con el objetivo de pasarla de la manera mejor posible y resistir los ataques de Bugno y Fondriest. Efectívamente esos ataques llegaron, y el navarro se fajó contra ellos, llevando el peso de la ascensión a la Marmolada y el Pordoi, como podemos ver aquí