El veterano ciclista de Europcar vuelve a la máxima categoría de la mano de su equipo de toda la vida, del que no ha querido salir pese a haber tenido ofertas. Es el líder, la razón de ser, y durante un tiempo ha sido mucho más que eso: la representación de una generación puente entre la nada y la formación del todo, la actual.
Tras la retirada de Richard Virenque él ha tomado las riendas. Sí, en Francia se pedía un ganador de Tour y él únicamente se ha dedicado a la gloria parcial, la fama ocasional. Aún tuvo arrestos para pelear el maillot amarillo en la edición de 2011, el cual perdió por su sangre caliente.
Ahora parece que brota un auténtico escuadrón de jóvenes que destacan, sobre todo, en la alta montaña. Pinot, Barguil, Geniez, Elissonde… todos potenciales aspirantes a hacer una muy buena clasificación general en las grandes vueltas, justo lo que Francia llevaba esperando más de una década.
Thomas aguantó el peso, junto a algunos también afamados como Fedrigo o un primer Chavanel, más evolucionado ahora y con los fines más claros. Entonces era líder el alsaciano por ausencia, pero ahora lo es por jerarquía. Una referencia que durante diez años ha justificado a toda una estructura a su alrededor. ¿Casualidad? Mucho mérito.
Más noticias:
¿Cuál es la imagen ciclista del año? ¡VOTA!
Brambila, la calidad de Lombardía
Javi Moreno, el ciclista de Jaén
Nibali, il piccolo motore (la historia de un romántico)
Alex Dowsett, el expreso de Essex
¿Volveremos a ver al mejor Gilbert?
Lucha en el barro entre Evans y Vinokourov: Montalcino 2010
La primera guerra Valverde – Quintana
Mikel Landa en el Giro de Italia