Cada temporada observo, bajo mi opinión, que las clásicas de una jornada, algunas de ellas llamadas Monumentos y otras que sin serlo podrían optar a tal nombre, generan cada vez más expectación y cuentan con más adeptos en las filas de aquellos que veían el ciclismo como algo exclusivo del mes de julio y del Tour de Francia o de las vueltas de tres semanas. Nombres como Peter Sagan, una estrella del rock en bicicleta, Philippe Gilbert, Julien Alaphilippe o Greg Van Avermaet empiezan a sonar con fuerza cada año cuando llegan estas carreras, y no solo las pruebas con pavés por medio sino también las clásicas de las Ardenas o algunas tan características como la Strade Bianche de la Toscana. Con todo ello he podido llegar a una conclusión, ¿se podría recuperar el formato de Copa del Mundo con estas carreras de un día que tuvo la UCI no hace tantos años?
Desde 1989 hasta 2004, la Unión Ciclista Internacional organizó la Copa del Mundo de ciclismo en carretera, que comprendía además de los cinco monumentos del ciclismo (Milán-San Remo, Tour de Flandes, Paris-Roubaix, Lieja-Bastoña-Lieja y Giro de Lombardía) otras clásicas de alto nivel como la Amstel Gold Race o la Clásica de San Sebastián. Entre sus vencedores destacan Paolo Bettini con tres ediciones y Maurizio Fondriest, Michelle Bartoli y Johan Museeuw con dos respectivamente. Dicho esto podemos pasar a valorar las circunstancias, los pros y los contras del hipotético retorno de esta Copa del Mundo.
En 2005 entró en vigor el novedoso formato UCI Pro Tour que premiaba al ciclista con más puntuación obtenida durante toda la temporada, además el liderato de esa clasificación otorgaba el honor de vestir un maillot de dudoso gusto que no fue de excesivo agrado por parte de equipos y patrocinadores. El UCI Pro Tour lo acababa venciendo por pura inercia el ciclista más regular de la temporada, algo que siempre había sido simplemente el puesto número uno en el ranking UCI. Sin embargo si dentro de la Copa del Mundo el número de pruebas se redujera exclusivamente a las diez clásicas más importantes (Cinco monumentos más otras cinco pruebas del más alto nivel), la lucha por ese entorchado nos brindaría un añadido de interés en algunas carreras, sobre todo en aquellas de final de temporada donde un punto arriba o abajo puede decidir ese liderato. De esta forma podríamos presenciar por citar un ejemplo, batallas entre corredores de antagónicas características como Sagan, Valverde o Van Avermaet. La puntuación de cada prueba también sería un caso a tratar, teniendo en cuenta que no es lo mismo vencer en el Tour de Flandes que en la Paris-Tours obviamente, pero sin desequilibrar tampoco la esencia del circuito en sí mismo. Cualquier aliciente es bueno y más si este nos puede deparar un plus de espectáculo extra además de premiar a los corredores que desde principio a fin de temporada buscan la victoria. Otra punto serian también los patrocinadores y la cobertura televisiva que podría rentabilizarse al más puro estilo Formula uno o Mundial de Motociclismo salvando las distancias.
En contraposición a lo antes expuesto, quedaría por ver la implicación de las grandes figuras de este deporte y de los intereses de los equipos. El prestigio de vencer en una supuesta Copa del Mundo puede quedar eclipsado por la rentable participación del equipo y de la gran estrella del mismo en una exótica prueba de reciente creación al otro lado del mundo y siendo así, este posible retorno no tendría sentido alguno. Por otro lado estarían también las cábalas calculadora en mano de las últimas jornadas buscando el puestómetro que mermarían de forma importante el espectáculo.
Y a vosotros, ¿que os parece?
ALBERTO DIAZ CABALLERO
Alberto, echa un vistazo a esto.
http://forodeciclismo.mforos.mobi/30984/11452066-copa-del-mundo-gpcc-2017/
Ambas cosas me gustan, no recuerdo el maillot ese del que hablas. Pero siempre hay gente que confunde Copa del Mundo con Mundial. Ese es otro debate: pruebas por selecciones nacionales e ir acumulando puntos.