La Vuelta a España encontró hace años un modelo que viene repitiendo hace años. Por eso las presentaciones de su recorrido tienen un interés limitado. Ya se sabe que habrá muchos finales en alto, escasa contrarreloj individual y una o dos etapas de alta montaña mejor o peor diseñadas. Así que uno acude con cierta sensación de hastío, solo salvada por la constante introducción de “nuevas” montañas.
Este año todas las características aparecen llevadas al extremo, en un intento de triple salto mortal hacia el mismo sitio que abruma y descoloca.
La carrera parte de Holanda, con una Crono por equipos y dos etapas para sprinters que servirán para arrancar la carrera. Tras el descanso y el retorno a España comienza un bloque por el norte muy tradicional, con dos etapas quebradas en Euskadi, que dificultarán Pero no necesariamente impedirán el sprint. Eso sí, acto seguido llega la primera etapa de montaña de la prueba, con las ascensiones a Alisas, Brenes (6 kms al 9%) y Pico Jano, con 13 kms al 6,5%, pero con tramos exigentes. Una de las mejores etapas de la edición.
Etapa en León con el larguísimo y exigente San Glorio en mitad de la etapa, que puede quedar para fugas, antes de los dos finales en alto asturianos. El diseño de las etapas impide hablar de “montaña asturiana” y si de media montaña, con recorridos suaves antes de los finales en Fancuaya (10 kms al 8%) y Praeres (4 kms al 11%).
Tras el segundo descanso, traslado hasta Alicante para disputar la crono “larga”. 31 kms entre Elche y Alicante. Muy llanos, eso sí. Y a partir de aquí largo periplo andaluz de estructura incomprensible. Llegada a Cabo de Gata al sprint, etapa entre Granada y Málaga con final en Peñas Blancas (14 kms al 7%) y luego etapa llana en Montoro antes del final en alto de Pandera, que vuelve a la Vuelta y la etapa más dura. Es difícil decir “reina” con tan solo 2 puertos y 140 kms. Se sube Monachil, con 9 kms al 8% y tramos muy duros y se sube a Sierra Nevada por la terrible vertiente de Hazallana y Sabinas. 30 kms de ascensión al 6% pero con un tramo de 5 kms al 11% y luego un largo tramo de 10 kms al 6-7% por la carretera antigua de acceso a la estación. La llegada a 2500 metros será muy agónica.
Tras el último descanso queda una etapa llana en Tomares, la llegada en alto en la modesta subida a Tetundia, y quizás la jornada clave en torno a los valles De la Vera y del Jerte con hasta tres ascensiones a la zona del Piornal, siendo la más dura de ellas la primera (4 kms al 9,5%) y el resto muy largas y tendidas.
Etapa en Talavera con dos ascensiones al alto del Piélago lejos de meta y la etapa de la Sierra de Madrid, con todos sus puertos más míticos: Navacerrada de salida, y tras un llano muy largo Navafria (10 kms al 5%), Canencia, Morcuera (9kms al 6,7%) y Cotos, con 10 kms al 5% y un tramo llano al final hasta acabar en Navacerrada.
El sprint en Madrid cerrará la carrera.
Una vuelta sin una etapa de alta montaña clara, con muy pocos kms contra el crono y con muchos finales en alto, la mayoría en etapas con pocos o ningún puerto previo y sin ninguna etapa de más de 200 kms. Una vuelta en los huesos.