Un día de descanso en Asturias separa a las habituales dos llegadas en alto que se suelen programar en el Principado. Si la primera era a un lugar donde sólo se había llegado una vez, la segunda es a la más clásica de todas: Lagos de Covadonga. Sus ascensiones compañeras también mezclan históricos como Mirador de Fito con recientes incorporaciones como Collada Llomena en concreto. El estreno de dicho puerto en 2021 fue muy positivo con un doble paso, pero el tramo entre ambas ascensiones hace difícil que se vuelva a repetir.
Si queda algún esprínter después de todas estas jornadas de alta o media montaña, quizá pueda triunfar en las calles de Santander, aunque no lo tendrán fácil, pues a mitad de recorrido se ascenderán dos puertos bastante exigentes: Caracol y antes la novedosa Estranguada, con dos kilómetros por encima del 14% y de nuevo con puntas del 20%. El recorrido posterior hacia la capital cántabra es bastante cómodo (alguna cosa se podría incluir para animar esos kilómetros), pero el que se quede en esos puertos es difícil que vuelva a reengancharse con facilidad.
Dejamos Cantabria, a la que volveremos, para transitar por tierras alavesas desde su capital al Parque Natural de Izki en una jornada con similitudes a la anterior, aparentemente más fácil para que los hombres rápidos no se queden en las ascensiones a Rivas de Tereso y La Herrera, pero con un terreno posterior a esta última de cara a meta mucho más complicado para el reagrupamiento, lo que junto a su ubicación en la carrera la convierta en un día marcado para los especialistas en fugas. Aparte, una pena que no hayan pensado en la opción de incluir Santa Teodosia, otros kilómetros imposibles interesantes.
Salto a La Rioja para una nueva llegada en alto, la octava de la edición. Vuelve a ser un reciente descubrimiento, en este caso empleado en 2020, en un final muy recordado por la intensa pelea entre Carapaz y Roglič: Moncalvillo. La jornada tiene la ascensión previa a Pradilla, de escasa entidad, por lo que todo lo relacionado con la general debería decidirse en las rampas de la ascensión final.
La expectación creada con el final montañoso de esta edición es elevada. Volvemos a los puertos cántabros, aunque el inicio y el final están en Burgos. Será un placer ver los paisajes pasiegos y comprobar si puertos tan largos como Lunada son efectivos. Quizás el orden de la combinación no es el más adecuado por el largo tramo cómodo desde Los Tornos hasta los pies de la ascensión final a Picón Blanco. Las opciones más obvias eran haber ubicado como puerto previo el ya citado Lunada o La Sía, pero con simplemente trazar una etapa de esas características en la zona merece nuestro aplauso. Aunque como somos también críticos, en el reportaje de altimetrías de este número os dejamos otra propuesta quizás más arriesgada.
Al igual que en el Tour, el último día no será el tradicional paseo, sustituyéndose por una contrarreloj, menos exigente eso sí que la disputada en Francia. El recorrido es un homenaje al centenario de Telefónica, pues se parte de las nuevas instalaciones de la empresa en el norte de la capital y se llega al edificio que tienen en plena Gran Vía. El trazado es muy llano, se han escogido en todo momento avenidas amplias y con pocos giros. De todas formas, por distancia no debería ser muy trascendental a no ser que la clasificación llegue muy apretada.