Andrey Amador, el indestructible

El costarricense se está convirtiendo en un especialista en soportar el dolor y superar las adversidades. La primera de ellas es simplemente ser ciclista en un país donde la tradición profesional del mismo brilla por su ausencia. Fichado por Movistar en 2011, el rendimiento de este todoterreno no ha podido ser mejor. 

Su apetito por ser ciclista no tiene límites. En su último entreno de 2010 fue robado. No sólo eso, sino que fue agredido, finalizando inconsciente y encontrado horas después del suceso en un lugar apartado. Recuperado del susto, proseguiría con su sueño, el de convertirse en ciclista profesional.

Más allá de aquello, Andrey fue entrando poco a poco en los nueves de los directores del equipo, demostrando que podía rendir en varias funciones y terrenos, lo cual le ha aportado un valor incalculable y le ha mantenido como uno de los fijos para pruebas importantes, si bien la calidad del conjunto le pone muy difícil ser elegido.

Tras debutar en el Giro 2010, parecía que 2011 sería otro año de periplo italiano para él. Sin embargo, una lesión de clavícula le dejó sin participar en la ronda italiana, formando parte más tarde de la del Tour. En Francia las cosas no le irían mejor. Una caída en la primera etapa le lastró el resto de la carrera, poniendo en riesgo su continuidad. Con tesón y voluntad aguantó encima de la bicicleta y pudo llegar a París. Último clasificado durante muchas jornadas, en cuanto recuperó sensaciones atacó para abandonar el premio al peor ciclista. Lo logró.

La suerte comenzó a cambiar un año más tarde, cuando sería seleccionado para un Giro de Italia en el que se impondría en una etapa durísima coronada en Cervinia (ver video), bajo un día gélido. Allí se dio cuenta de que no sólo era hombre de equipo, sino que podía ganar. La lástima es que desde entonces no ha tenido ocasión de hacerlo.

Pero las tendrá. Su carácter y forma de encarar cada oportunidad le abrirá puertas en el futuro que ahora ni imagina. De su polivalencia ya ha obtenido un caché que difícilmente le dejará sin equipo hasta que él desee dejar la bici. Eso ya es todo un logro y un hito para el ciclismo de Costa Rica. Esperemos que sólo sea el pionero.

Más noticias:

Pozzovivo, el poder del grimpeur moderno

Los mejores duelos de Clásica

Robert Gesink, el año clave

Recuerdos del Giro 1993

¡Que vuelva el Kapelmuur!

Los dilemas de Kreuziger

Slagter, el holandés que quiere la luna

El annus horribilis de Tom Boonen

José Iván Gutiérrez y Movistar, tinta y papel

Chris Froome y el reto de las tres grandes

El antiguo reto de Eduardo Chozas

Oliverio Rincón, la montaña rusa

Entrevista a Jesús Herrada

Igor Antón, de la raza a la indolencia

Los demonios de Peter Sagan

Moreno Moser, la herencia de Trento

El método Mollema

Cancellara y el récord de la hora en 2014

Astarloza, el final del alma de Euskaltel

Peña de Martos, novedad en la Vuelta 2014

Beñat Intxausti, el bloqueo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *