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Brajkovic, el as en la manga de Astana

El conjunto kazajo iniciará el Giro de Italia con un muy buen equipo, aunque sin su gran líder, italiano para más señas, Vincenzo Nibali. El siciliano sólo tiene ojos para el Tour en este ejercicio y deja la capitanía a su compatriota Michele Scarponi, con un gran historial en la carrera transalpina. En cambio, la edad de éste y su progresiva pérdida de rendimiento en las citas clave les hace guardar una carta escondida. 

Todos pueden pensar en Mikel Landa, escalador de calidad que tiene mucho que demostrar fuera de la manta protectora de Euskaltel. Otros pueden caer en Aru, uno de los mayores talentos que esconde el ciclismo actual. Pero nadie se acuerda del que puede ser gran líder de uno de los equipos más potentes del próximo Giro: Janez Brajkovic.

El esloveno ha mejorado mucho en los últimos años. No sólo es más consistente, sino que escala mejor. Contra el crono no hay discusión posible acerca de su calidad. Un antiguo diamante que, pese a dejar por el camino parte del brillo que le acompañaba en sus inicios, aún reluce. Contando con que las llegadas en alto no son excesivamente duras y que no tendrá que enfrentarse a más de un tappone de alta montaña, Astana suma un candidato firme al podio.

La duda estará en la motivación. Es un corredor que ya ha rendido en la Vuelta, donde lució el jersey de líder en 2006 y en la pasada edición, y en el Tour, clasificándose en el top-ten. La corsa rosa es la única en la que aún no ha ofrecido un rendimiento demasiado elevado. Su única aparición en la salida del Giro data de 2009, año en el que la montaña tenía cierto parecido con la de 2014. La crono no será tan larga, pero a cambio más llana, además de contar con la contrarreloj por escuadras para marcar diferencias.

El mayor peligro lo tiene en la acumulación de puertos. Sólo camino de Oropa, sobre todo, y de Val Martello, la etapa reina, podría tener problemas. Gavia y Stelvio parecen terreno abonado para los ataques de los escaladores, pero a cambio ambos puertos se separan demasiado de la subida final. Mantener el bloque puede ser capital, y Astana lo tiene.

Lo que no parecería tan raro es que el corredor de ya 30 años estuviese en la pelea por el cajón. La participación, salvo Quintana y Purito, no cuenta con los mejores espadas del pelotón, además de que es un clásico que no todos los grandes que acuden al Giro dejen de rendir como se espera de ellos. He ahí la gran baza de Janny, que tiene una gran oportunidad de regalarnos por fin esa buena actuación que lleva prometiendo tanto en las grandes vueltas.

L.S.

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