Nelson Rodríguez, más conocido por el ‘Cacaito’ fue ciclista profesional en los años ’90. Retirado en 1997, su gran momento fue uno de los peores de Miguel Indurain en el Giro de 1994. El navarro encontró a este escalador en las rampas del Mortirolo y le acompañó hasta la cima. Aunque fue un buen corredor y obtuvo victorias de prestigio, todo aficionado español le recuerda debido a aquella tarde de mayo.
El colombiano surgió aquel día, donde nombres como Berzin o Pantani se hicieron más famosos que los vencedores y podios de nuestros días. El ciclismo entonces era importante, era época Indurain y todos los medios retrataban cada imagen. En todos los hogares que aquel día de mayo estuvieron pegados a la pantalla durante horas se recuerda a este finísimo estilista de la montaña. ‘Cacaito’ se convirtió en motivo de tertulia de todo el país.
Sin embargo, aquel no fue el mejor día del colombiano, ya que en aquel Giro finalizó sexto, realizando muy buenas etapas de montaña, pero sin llegar a ganar. Incluso aquel día en el que fue mucho tiempo compañero de viaje del gran Miguel fue meramente eso, un compañero de viaje, que a momentos relevaba o lo intentaba, a momentos se quedaba a rueda.
Fue aquel 1994 su año. En él lograría su única victoria como ciclista profesional. Y no sería en el Giro, sino en el Tour donde la conseguiría. Aquel año el protagonista de la edición repetiría con respecto a Italia. Miguel Indurain buscaría su cuarto Tour, una prueba durísima con numerosas etapas de montaña. Decían los de la época que anti-Indurain, pero finalmente se convirtió en su aliado.
Llegaban los Alpes y en concreto la dura llegada a Val Thorens. Anteriormente se habían celebrado etapas como las llegadas a Hautacam, donde el líder de Banesto sentenció la carrera, Luz Ardiden, Carpentras con el Mont Ventoux por el camino, y Alpe d’Huez. Tras Val Thorens llegaría la dura etapa de Cluses y una larguísima y dura cronoescalada a Avoriaz. En aquel contexto de batalla entre Indurain y el respondón Ugrumov surgió Nelson Rodríguez para imponerse en una llegada durísima a más de 2.300 metros de altitud y casi 40 kilómetros de ascensión.
Allí se impuso al combativo alopécio letón que combatía por derribar al gigante de los cuatro Tours. Sin éxito, obviamente, todos conocemos la historia. Aquel día Nelson fue menor comentario de tertulia curiosamente que el día del Mortirolo, una etapa que a todos los que nos gusta el ciclismo nos quedó grabada, pero que también quedó para aquellos que pasaban por allí.