Tras el efecto Freire, las clásicas por fin han comenzado a calar en España. Es cierto que no del mismo modo que en otros países, ya que las grandes vueltas siguen teniendo su peso específico, pero sí que con la ayuda de Valverde o Purito las cosas han ido cambiando. Ahora nos lamentamos de no tener a un corredor capaz de disputar un Tour de Flandes o una París-Roubaix. Quizás cuando le tuvimos no le supimos valorar en su justa medida, como también nos sucedió con Freire.
Y no será por la de ocasiones en las que nos repetimos todos ese mantra. Flecha era un peleón, no siempre un ganador. En sí, perdía más que ganaba, pero su pundonor y su valiente forma de correr, corazón en mano, emocionaba incluso a los puristas que nunca le consideraron un candidato real a adquirir un monumento.
Siempre en la brecha y llamando de tú a tú a los imbatibles, a esos que han forjado una leyenda justa y merecida, a la historia viva de los adoquines. Sólo el haber coincidido con estos monstruos quizás le hayan restado la posibilidad de haber podido pasar aún más a la historia. El arquero pudo celebrar una meritoria victoria en el Tour de Francia, su mejor logro. La llegada era conocida según cuenta la leyenda debido a que su novia residía en Toulouse y entrenaba por la zona, por lo que era un gran conocedor del terreno.
Puede que su motor no fuera el de Cancellara o tuviese el porte de Boonen, pero tiene mucho mérito ser segundo en el velódromo de Roubaix, puesto que sólo pudo alcanzar Poblet décadas antes, o tercero en Flandes. Ahora que se acerca el comienzo de una nueva temporada, tenemos a gente que se desenvuelve bien en las clásicas como Juanjo Lobato o José Joaquín Rojas, sobre todo en los finales, pero no hasta el punto de disputar ante toda circunstancia el podio de las grandes pruebas.
Nadie se podía imaginar que aquel corredor que despuntaba en el modesto Relax pudiese firmar a lo largo de su carrera por los mejores equipos de los últimos diez años: ibanesto.com, hoy Movistar, Fassa Bortolo, Rabobank, Sky o Vacansoleil. Catorce años de grandes cabalgadas y con algunos sinsabores que nunca se mereció. Injusta la pérdida de la Gante-Wevelgem a manos de Nico Mattan por culpa de una inoportuna y decisiva moto de televisión belga. Hubiese sido su mejor victoria.
Pero se lleva otra, mucho más valiosa y duradera, la del paso del tiempo. El hueco que deja hace justicia a su figura, mucho más grande de lo que nunca imaginamos. ¡Te echamos de menos, Van der Flecha!
L.S.
Lobato y Rojas pero falta Egoitz Garcia, que ha demostrado con creces poder llegar al nivel de Flecha y ser mejor que los dos primeros…pero la situacion actual del ciclismo y su edad no son beneficiosas para el.
Flecha y Egoitz seran una buena dupla española en Flandes jeje.