Daniel Martin ha seguido dando pasos en su evolución como ciclista. El irlandés ya ha ganado carreras Pro-Tour como el Tour de Polonia, pero ha sido en La Covatilla donde ha obtenido su primera victoria en una grande. El de Garmin-Cervélo realizó además un gran final de temporada con su segundo puesto en Lombardía. El sobrino del mítico Stephen Roche es un escalador de sensaciones, a la antigua, crítico con el presente del ciclismo y comprometido con el espectador.
Empezamos con una pregunta para romper el hielo: ¿el Campeonato de Irlanda es una cuestión de familia entre Roche y tú?
Daniel Martin: Lo es, pero es más que una competición “en familia”. Hemos hablado más de una vez de la importante de que el maillot de campeón lo pueda lucir un corredor del Pro-Tour y así poder pasearlo por las mejores carreras del calendario europeo. Es muy divertido todos los años porque cada uno intenta ganar, aunque prefiero que gane Nicolás a que gane otro corredor. Quiero ganarle, por supuesto, pero no quiero ayudar a nadie para que le gane.
Sois los mejores corredores del país, eso está claro.
DM: Sí, hasta donde sé es así. Es difícil porque todos los años todo el mundo te está mirando a ti y es difícil hacer tácticas. Además los nacionales suelen ser muy llanos, por lo que es aún más difícil. Por ello sólo he ganado una vez. Este año he estado muy cerca de hacerlo, incluso hubo photo-finish. Incluso puede que ganara porque llegamos yo creo que exactamente igual en el sprint, pero bueno, le dieron el premio al otro chico y no pasa nada.
Hablando ya más de tu futuro, ¿cuáles son tus planes, tus objetivos para los próximos años? ¿Cuáles son tus sueños por cumplir?
DM: No tengo sueños concretos. Mi objetivo es seguir divirtiéndome sobre la bici y disfrutar con el ciclismo. Mi forma de correr es esa: no hago planes, no hago tácticas. Este año, por ejemplo, no planeé atacar en Covatilla. Simplemente sucedió. Igual que en Peña Cabarga. No sé qué sucede en mi cabeza. Es algo que se enciende y dice “ataca” y ataco. ¿Por qué lo hago? No lo sé. Me encanta competir, me encanta montar en bici.
Probablemente tus directores deportivos van a leer la entrevista. Lo sabes, ¿verdad? (risas)
DM: Sí, seguro (risas). Tal vez por mi forma de correr haya perdido algunas carreras, pero gracias a esa forma de correr he ganado otras. Me gusta arriesgar. Creo que es sobre lo que va este deporte. A mí cuando estaba creciendo me gustaba ver a los corredores que atacaban. El ciclismo se está volviendo aburrido y todo el mundo quiere conservar. ¿Reservar energías para conservar una decimoquinta posición? Tal vez sea más interesante tomar riesgos y tratar de ganar una etapa, aunque quedes el veinticinco al final. En Peña Cabarga no pensé en la general. Bien, estaba ahí, pero lo que quería es ganar la etapa y que la gente me recordara. La gente puede que se acuerde del top-5, pero no de un top-ten. Ahora ves gente que hace el top-5 o top-10 y ¿cuántos han ganado una etapa?
¿Cuál es tu opinión acerca de la Vuelta, carrera en la que has ganado por primera vez en una grande?
DM: Este año pasado ha sido muy difícil. Quizás demasiado porque todas las etapas han sido para los mismos corredores. A los españoles les gustan los escaladores y a mí, por supuesto, me encanta eso porque yo soy uno de ellos, pero para mis compañeros de equipo, por ejemplo, ha sido muy difícil porque no han tenido oportunidades para lucirse y al final han tenido que conformarse con sólo llegar a meta. Para mantener la moral, todos los días intenté marcarme un objetivo e intentar alcanzar una posición interesante, pero ellos no pudieron…
¿En la etapa de Madrid también?
DM: No, en esa no (risas). Quizás es un hecho que deba llevar a reflexión porque eso puede hacer que los corredores conserven fuerzas, ya que en la última semana estamos muy cansados y sin fuerzas para atacar. Incluso puedes atacar pese a todo, pero es inútil porque si no tienes fuerza no puedes hacer diferencias. Todo el mundo estaba preocupado por la acumulación de esfuerzos y por que el día siguiente podía echar de menos esas energías.
¿La clave podría ser tener etapas duras y algunas de recuperación intermedias?
DM: Puedes hacer un esfuerzo un día y pagarlo al siguiente. De todos modos, la gente piensa en esperar siempre al día siguiente y ya está.
Sí, quizás esperando a puertos como el Angliru. Hablando sobre él, lo has escalado por primera vez. ¿Qué opinión te merece el puerto?
DM: Fue una experiencia fantástica, me encantó. Pese a ello lo pasé muy mal. Cobo eligió muy bien el desarrollo y eso hizo la gran diferencia entre él y los demás.
¿Cuál es la clave?
DM: Pienso que fue un riesgo tomar esa decisión, ya que sólo necesitas ese tipo de desarrollos para un kilómetro. El resto de la carrera tienes que llevarlo igualmente. Pensé que el 25 o el 28 estaban bien, pero sufrí mucho de todos modos.
Depende también de las condiciones climatológicas…
DM: Sí, claro, aunque no influyeron mucho en esta ocasión. Fue un gran día, con los nombres de todos pintados en el suelo, los aficionados animando, el ambiente. Tuve un gran día, además. Tuve la suerte también de estar delante en las zonas más duras y en el grupo de cabeza y lo disfruté realmente.
Cambiando un poco de tema, ¿cuál ha sido tu mejor día en el ciclismo hasta ahora?
DM: Es difícil, aunque creo que la etapa que conseguí en la Vuelta. Ganar en una grande siempre es importante. En su momento no pensé mucho en lo que había conseguido porque cuando estás en carrera tienes que centrarte en el día a día. Al llegar a casa con el trofeo vuelves a pensar en ello y valorarlo aún más. Aquel día conseguí estar delante, atacar y ganar al sprint en el grupo. Eso me hace ganar en confianza para próximas veces. Es fácil decirlo porque siempre la victoria más reciente es la que tienes más fresca en la memoria.
¿Y el peor?
DM: La verdad es que ninguno. No me gusta ver los puntos negativos de las cosas. Generalmente suelo olvidarlos porque en ciclismo los puntos negativos siempre son dolorosos y no puedes estar pensando en ellos. En Lombardía hace un año estaba en la mejor forma de mi vida y tuve una caída en la que por suerte no me hice demasiado daño, pero no pude terminar. Me llevé una buena desilusión porque estaba intentando hacer un buen papel, pero me quedo con que estaba bien, así que no es un mal recuerdo.
¿Cuál es tu carrera favorita del calendario?
DM: Me gustan mucho las carreras de un día como Flecha Valona o Lombardía. Me gusta mucho también la Volta a Catalunya porque viví allí y he hecho segundo y tercero en los dos únicos años que he corrido, así que se me da bien. Espero poder ganarla en el futuro. Entre las grandes y las de un día, prefiero las de un día. Las grandes vueltas son extenuantes.
En Lombardía tuviste una actuación muy destacada.
DM: Sí, siempre es un objetivo para mí.
Para finalizar, algo que preguntamos a algunos ciclistas de fuera para que conozcamos mejor sus países. ¿Qué nos recomendarías de Irlanda?
DM: No he estado mucho tiempo en Irlanda durante siete años. Recomiendo la arquitectura moderna de Dublín, aunque también las partes históricas del centro. Es una ciudad muy bonita. También la Guiness es un atractivo y atrae a mucha gente.
Realizada en septiembre de 2011