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El antiguo reto de Eduardo Chozas

2003. Primavera. El equipo Cafés-Baqué de Félix Cárdenas sonaba como medio para una gesta que hoy día y vistos los acontecimientos no debería extrañar a nadie. El mítico ciclista planeaba volver a la ruta para terminar la Vuelta y convertirse así en el que en más hubiese finalizado, una más que añadir a las 13 que computa. 

Finalmente no lo llevó a cabo, aunque la propuesta ahí estuvo. El espíritu competitivo del ciclista ganador de etapa en las tres grandes quedó demostrado.

Tiempo después asistimos al podio en el Tour del polémico Lance Armstrong, que lo hizo tras dejar el profesionalismo durante cuatro años. Un hecho que se distingue del de Eduardo en que nació en la soberbia y no en la verdadera esencia del deporte.

Otro norteamericano, Chris Horner, se haría no sólo con el podio, sino con la general final, en este caso de la Vuelta. A sus casi 42 años se llevó por delante a Nibali y a los cánones prestablecidos. En este caso la evolución es tan difícil de entender como de encajar, pero si alguien es capaz de llevarla a cabo, ése es Horner.

Entonces Chozas -nacido en 1960- tenía 43 años, sólo uno más que el reciente vencedor de la Vuelta. El desgaste físico de entonces y los escasos días de competición de ahora en la comparativa hacen que entonces aquello fuese una gesta impensable y ahora parezca un juego de niños.

Gracias por honrar así al ciclismo, Eduardo.

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