El catalán se complació del buen recorrido que le espera en el próximo Tour, pero tiene la duda de si le conviene enfrentarse a los mejores vueltómanos de la actualidad y arriesgarse a únicamente firmar un buen puesto o bien tener altas opciones de ganar un Giro de Italia y convertirse en el tercer corredor en conseguirlo tras Indurain y Contador.
La disyuntiva se plantea debido a las buenas sensaciones que recogió de su última participación en la ronda gala, donde fue de menos a más. Su fiabilidad en las grandes le hace saber que salvo accidente o imprevisto, estará en la pelea. Con el trazado que le espera, no sería descabellado imaginarle de nuevo en el podio.
Sin embargo, el Giro le espera con 10 finales en alto. Los rivales no serán del mismo nivel y sabe que la afición está de su lado en el país transalpino. Además, tener su gran pico de forma en mayo le permitiría estar de nuevo a tope en septiembre, donde le espera el seguro reto de la Vuelta.
Pero, por otro lado, Joaquín sabe que tendrá más años para destacar en la corsa rosa, cosa que tal vez no le suceda con el Tour. La edad no perdona y en el mes de julio se encontrará siempre con los mejores ciclistas del momento, cosa que casi nunca le sucederá en Italia.
Ahora le toca decidir junto al staff de Katusha. Pese a que tiene más opciones repetir un calendario similar al de su exitoso 2013, la posibilidad del Giro no está para nada cerrada.
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