Hermano del ex portero de equipos como Barcelona, Osasuna o Sevilla, ha sido parte fundamental de la historia del ciclismo español. El navarro es el máximo responsable del Movistar, habiéndolo sido anteriormente del Banesto o del mítico Reynolds. Con ellos ha escrito páginas y páginas, de éxitos y fracasos -los menos-, de Tours, Vueltas y carreras, de experiencias, al fin y al cabo.
Durante muchos años ha tenido la habilidad de verse involucrado en pocas polémicas. Sí, tuvo sus dimes y diretes en el asunto Indurain cuando su retirada estaba próxima. Sí, ha vivido pasajes donde el debate ha pasado de cerca como el enfrentamiento entre Chava y Olano, o épocas duras para el ciclismo español como la Operación Puerto.
Y de todos ha salido airoso, buscando mantenerse al margen, trabajar desde el volante para hacer más efectivo a su equipo, cómo ganar de forma segura y sin riesgo. En esa filosofía ha basado toda su labor como director, como ideólogo de planes magníficos llevados a la práctica por corredores top. Incluso alguno de ellos ha superado la propia táctica, corriendo por encima de ella. Otros por debajo, por desgracia para sus directores, en este caso con Eusebio a la cabeza.
Ahora, tras dar un paso atrás en su protagonismo, ha impregnado en el equipo esa filosofía de prudencia, de dar un paso detrás del otro, de no adelantar acontecimientos hasta que sea estrictamente necesario. Un estilo, un método que le ha llevado al éxito y al que nunca renunciará, bajo buen criterio.
Ph: Movistar
Más noticias:
Pablo Lastras, espejo y reflejo
¿Sagan, Froome y Contador en el mismo equipo?
El pie izquierdo de Thomas Voeckler
Serse Coppi, el otro campeonísimo
Entrevista a Rubén Fernández: “Me gustaría parecerme a Valverde”
Chris Anker Sorensen, la anarquía danesa
Recorridos ciclistas: Era del Contador (Canarias)
Carlos Verona, veterano a los 21 años
Atropello y calendario de Cancellara
Elissonde, objetivo Tour de Francia
Jonathan Castroviejo, la hora de la verdad
Lo bueno y lo malo de las bonificaciones