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El Tour de Francia al día: lecturas tras el segundo día de descanso

Nadie hubiese imaginado un desenlace de Tour parecido antes de comenzar. Una edición en la que se pensaba que el podio iba a estar más caro que nunca se va a cerrar con una lucha feroz entre iguales de nivel medio por un puesto en el podio y Nibali dando tantos recitales como desee. Salvo accidente, el italiano ya puede cantar victoria. Inclusive en una situación de desfallecimiento, cuesta ver a sus rivales aprovechándolo. 

1. Nadie sigue la rueda de Nibali

Hablamos, por supuesto, de sus rivales. El líder del Astana ya no cuenta en carrera. Cada arrancada suya es mera anécdota para el resto de adversarios, que ya han centrado su lucha en el podio de París. Ni siquiera sus ataques servirán para decidir el podio. Hay certeza en el pelotón de que sólo el destino podría apartar a Vincenzo del maillot amarillo definitivo.

2. Van Garderen / Valverde, el podio más lógico

Cuidado, puesto que ninguno está a salvo de un desfallecimiento que le deje de forma definitiva sin opciones. Con la crono por delante, lo lógico parece pensar que moviéndose en un abanico tan corto de diferencias y siendo ésta de tal longitud, el de BMC tiene muchas opciones (el que más) de subir al cajón. Incluso al segundo puesto. Valverde es el corredor con mejor trayectoria de los cuatro que ahora mismo optan a esas dos plazas, quizás el más hecho, pero precisamente su historial es el que nos lleva a dudar de él. Por capacidad puede asegurar el segundo puesto en los Pirineos, pero si no hay sorpresa llegará al sábado teniendo que defender y/o recuperar terreno.

3. Bardet es una incógnita, Pinot tiene que atacar

El sorprendente ciclista del AG2R lo tiene todo para llevarse el maillot blanco de mejor joven. Tiene cerca el podio, pero nunca se ha visto antes en una lucha igual, por lo que habrá que ver primero si se adapta bien su cuerpo a las tres semanas. El ciclista de FDJ debe atacar. Le han visto débil en los descensos y le probarán bajando en los Pirineos, el primero su compatriota, como hizo en el Izoard. Teóricamente es el peor de todos en la contrarreloj, por lo que si quiere pisar podio debe atacar.

4. Sólo ocho equipos han ganado etapa

Hay mucha concentración de victorias. Kittel y Nibali se han hecho con tres en lo que va de Tour, Kristoff con dos, al igual que Omega-Pharma y Lotto-Belisol. Astana, AG2R y Katusha también copan las primeras plazas de la general, los jóvenes y la montaña, por lo que serán muchos los equipos que se vayan con un balance muy pobre del Tour. La urgencia hará que en Pirineos se corra a mil durante las primeras horas de carrera para coger las escapadas, con las consecuencias lógicas.

5. Estrategias de lejos, descartadas

Ante tan escasa diferencia entre segundo y sexto (un minuto y medio), nadie querrá jugar sus opciones desde lejos. Arriesgar es algo clásico del ciclista que ya va de líder y tiene más de 4’30” con respecto a sus inmediatos perseguidores. Los que sí pueden jugar a volver a meterse en el podio son los clasificados después de los aspirantes. Viendo la poca fuerza de los equipos que no sean Astana o Tinkoff-Saxo, sin nada que hacer en la general, es posible que se cuelen en plazas de podio si se filtran en escapadas.

6. Orgullo francés

Desde 1997 no hay ningún podio francés en el Tour, último también en una gran vuelta. Se puede dar la situación de contar con dos ciclistas galos en segundo y tercer lugar, algo que no sucedía desde 1984, cuando Fignon superó a Hinault en la general final. Sin embargo, además del gran protagonismo de AG2R, se une la posibilidad de que el pelotón francés cuele cuatro hombres entre los diez primeros, algo para lo que hay que remontarse a 1991, primer Tour de Miguel Indurain. Entonces fueron Mottet, Fignon, Leblanc y Rue los que entraron en el top-ten. Mucho futuro el de este ciclismo.

7. Italia, tras 16 años, pero sin fuegos artificiales

El más que probable triunfo de Nibali devuelve a los transalpinos a la cima del ciclismo tras 16 años de sequía. Sin embargo, aunque hay nuevas generaciones pujando por tomar el relevo del siciliano, no deben hacerse demasiadas ilusiones. El siguiente ciclista italiano clasificado en la general es Visconti (Movistar), en el 43º puesto, a más de hora y media del maillot amarillo. Junto a Scarponi (47º), son los únicos tres que se encuentran entre los cincuenta primeros de la general, un dato preocupante.

8. España, un Tour aciago

Negro el mes de julio para el pelotón. A la caída y abandono del mejor estilete, Alberto Contador, hay que añadir las bajas de hasta seis ciclistas más. La más dolorosa la de Dani Navarro, que estaba mostrando una muy buena progresión en la montaña, al igual que la de David De la Cruz, con mucho protagonismo en los puertos. Sin caídas, decepción la de Beñat Intxausti. Buen papel de Jesús Herrada e Ion Izagirre, aunque supeditados a su jefe de filas, Valverde. En la otra cara de la moneda también se encuentran Haimar Zubeldia y Mikel Nieve, que pese a no salir en Leeds como líderes, están salvando la papeleta de sus respectivos equipos.

9. Kwiatkowski y Rui Costa, mismo resultado, distinta circunstancia

El polaco ha contado con un calendario cargadísimo de competición. Ya en Algarve, en el mes de febrero, ganó con solvencia al mismísimo Contador. Está haciendo un Tour excelente, pero sin cumplir con los resultados esperados. Clasificado entre los veinte primeros, ha luchado y jugado valiente, pero se ha visto que o bien llega más fresco y se prepara en exclusiva o nunca será un hombre-Tour.

Por otro lado, Rui Costa no está satisfaciendo las expectativas. En este caso se debe más a causas extradeportivas como su enfermedad, que le ha hecho bajar su rendimiento. Aún así está perdiendo una oportunidad única de entrar en el top cinco o de subir al podio. Cuando no sufría el catarro, tampoco estaba mostrando demasiado. Deberá reflexionar sobre su papel en el pelotón.

10. Bajón de público en los Pirineos

La baja del equipo Euskaltel, con la inundación histórica de camisetas naranjas a lo largo de los Pirineos, hará que esa presencia del público baje considerablemente. Si añadimos este hecho al poco público que ha habido en los Alpes en comparación con otros años, puede darse una imagen preocupante para la mejor carrera del mundo, acostumbrada a llenar allá donde va.

L.S.

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