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En defensa del Giro de Italia: salida en Riviera Maya

Purito Rodríguez encabezó las protestas que hicieron públicas algunos de los ciclistas en las redes sociales. La longitud del traslado entre Irlanda e Italia ha sido la razón fundamental, aumentado por la lluvia de unas primeras etapas que han dejado la carrera y a muchos equipos en cuadro. Sin duda, un esfuerzo extra a la ya de por sí exigente corsa rosa, de tres semanas de duración.

Bien es cierto que se trata un traslado incómodo y cansado, sobre todo para el personal de los equipos, pero el ciclista debe comprender el momento por el que el ciclismo atraviesa y la dificultad que una carrera como el Giro pueda tener problemas año a año para salir adelante. Mejor un traslado que la desaparición de una carrera histórica como esta, que acarrearía menos días de competición a lo largo del año y, en consecuencia, una menor contratación en número por escuadra. Sí, muy mal pensado: el ciclista contra sí mismo.

El Giro tampoco es inocente en este caso, ya que históricamente es quien más trabas ha puesto al corredor en traslados y altos kilometrajes, muchas veces superiores a los anunciados. Pero se han esforzado al incluir un tercer día de descanso. Saliendo de Dinamarca o de Holanda, se utilizó el primer día de descanso de los dos habituales para el transfer. Un día de descanso tras tres etapas; otro para dieciocho. ¿Por qué no una salida en Riviera Maya o Hawai?, ironiza Purito en Twitter. Las tres grandes han tanteado la salida de Washington, Nueva York o Miami. Y no ha estado tan lejos de fructificar.

El peaje que ha pagado la carrera en la isla ha sido muy elevado en lo deportivo. Han perdido a Purito, a los locales Martin y Roche, aunque Nicolas sólo en la general, Quintana sale muy tocado, y los que no han caído se han llevado el miedo metido en el cuerpo. Un mal balance para una carrera de mucha igualdad, que llevará a ver un desarrollo entretenido, pero entre rivales que nada tienen que ver con las quinielas que se estaban estableciendo.

Consecuencias que bien podrían haberse dado con salida en Italia, algo que hubiese rebajado ese tono de crítica interesado que ha recibido el periplo de la corsa rosa por tierras irlandesas. ¿Riesgos y molestias? Sí. ¿Necesarias? También.

L.S.

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