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ENTRE ADOQUINES Y KERMESSES, UNA CHARLA CON SERGIO TORRES

El agua que sale despedida de la rueda que le precede, pica en la cara, arden las piernas, y ya son más de dos horas en fila india por los arcenes del Brabante Flamenco. La carrera organizada en Gooik, está siendo especialmente disputada y a cada curva, le siguen  arrancadas por  pistas de cemento aliñadas de pavé, así es el ciclismo en Bélgica. De este modo lo ha querido vivir Sergio Torres Jorro, no se queja, simplemente y con la habilidad adquirida en su particular máster en ciclismo, remonta poco a poco.

Sergio Torres Jorro, es un valenciano que hasta 2016 competía para el Mutua Levante  amateur. Tras analizar varios factores, como que no podía correr la Copa de España, junto a sus características como ciclista, llegó a la conclusión de que en España lo tenía realmente complicado para llegar a ser profesional en esto de la bicicleta.

Por lo que se puso a tocar puertas en el extranjero. Fruto de ello, le llegó la oportunidad de formar parte en 2017 de una escuadra amateur belga. El equipo, con sede en Oudenarde, localidad de la que se da salida al Tour de Flandes, se denominaba  ASFRA Racing Team.

Tras una temporada repleta de buenas actuaciones, a finales de 2017, recibió luna llamada, era el director del Tartaletto-Isorex y el mensaje era claro, “quiero contar contigo para la proxima temporada de 2018”.

Fuente: redes sociales

Esta llamada, no era un regalo, más bien una recompensa a un duro trabajo, en el que sobresalía la prueba de un día  de Bottelare, donde llegó escapado junto a su compañero de formación y campeón de Albania, Ylber Sefa. Sergio, tendría el honor de este modo, de ser el primer ciclista español, en pasar a profesionales en un equipo belga, desde el propio ciclismo belga amateur.

Todo un rara avis por estos lares, un caso parecido al de Igor Astarloa. Recordemos, que el bizkaino, compitió durante 1999 en el  duro calendario italiano amateur, defendiendo los colores del Garda-Calcestruzzi-Saretina  de por Bruno Leali. Para fichar de cara a la temporada de 2000, por el Mercatone-Uno.

Pero volvamos al norte, a la tierra del adoquín y el viento de costado, a los circuitos y carreteras estrechas.

Nuestro protagonista, preparaba con expectación su primera temporada como profesional. Si bien es verdad, que ya no era un novato en las carreras del norte y que ya había participado en su campo amateur y en varias kermesses, el salto era evidente.

Entre las citadas kermesses, nos encontramos las carreras de categoría UCI 1.12A y 1.12B, que rondan los 130 kilómetros, las cuales están abiertas al campo amateur y élite, en las que  incluso se puede participar con licencia independiente. Por otro lado, tenemos las Pro-Kermesses de unos 170 kilómetros, reservadas a ciclistas de equipos Continentales, Continentales-Pro y World Tour.

En la región de Flandes, el número de este tipo de pruebas es tal, que hay épocas del año, sobre todo en verano que hay de tres a cuatro competiciones por semana.

Lo cual hace que el amplio número de equipos belgas (2 WT, 3 Continentales-Profesionales y 9 Continentales) tengan un complemento ideal, al resto del calendario.

Como muestra, Sergio nos comentaba que en sus dos últimas temporadas, no había hecho menos de 70 días de competición, lo cual para ser neo-profesional en un equipo Contiental, es significativo. Otro hecho reseñable, es que dada la cercanía de este tipo de carreras, en varias de las ocasiones, los ciclistas acuden a las kermesses en bici calentando desde casa.

Fuente: redes sociales

Pero ojo, que el hecho de que sean pruebas relativamente cortas y con aspecto a carrera popular, no tienen que llevar a engaño. Ya que te enseñan a moverte en unos recorridos, que casi siempre están formados por circuitos urbanos. Itinerarios estrechos, repletos de giros, en los que los cortes se provocan más que por desgaste, por tocar el freno ya que se va a mil por hora.

Como ya hemos citado, en Bélgica hay catorce equipos profesionales, de los que alguno como el Telenet-Fidea,  están más centrados en el ciclocrós. Lo que añadido al amplio calendario de competiciones, que abarca desde principios de marzo con la Omloop Het Nieuwsblad para los World Tour y Kuurne-Bruselas-Kuurne para el resto, hasta la Binche-Chimay-Binche Memorial Vandenbroucke en octubre, a lo que añadimos las citadas kermeses, hace que año tras año tanto carreras como equipos, se sustenten unos a otros.

Avalado por la experiencia, Sergio tiene claro el perfil de corredor que se amolda a este tipo de ciclismo. Ser hábil es una obligación y no perder la colocación con facilidad debe de ser algo tan natural como beber del botellín. Uno se debe de amoldar bien a la lluvia y el frio, ser combativo, estar dotado de algo de potencia para sortear las innumerables subidas o cotas y si ya se tiene una buena punta de velocidad, sencillamente lo borda. La combatividad, es una cualidad que dado el perfil e itinerarios de las pruebas, tiende a tener mayor premio que en otro tipo de ciclismo.

Por lo visto, ser un buen ciclista en la zona, requiere mucho más que ser un armario empotrado que quite el viento.

Como bien relata nuestro protagonista, estos dos años en Bélgica, han sido todo un máster en el oficio. No se arruga al definir el calendario belga, como el mejor del mundo. Y argumenta, la cantidad de días de competición que hay en una zona tan pequeña como es Flandes,  hace que además de ser un calendario rico en días, lo sea también en participación, ya que acuden a él, equipos de diferentes países.

A la espera de lo que le depare el 2019, el valenciano más flandrien del ciclismo actual, nos ha abierto una ventana a un ciclismo que cada vez cuenta más adeptos en España.

IMANOL GONZALEZ

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