El australiano quiere avanzar en su carrera y afirma que quiere cambiar de aires para progresar como ciclista y poder ser líder de un equipo en solitario. Al ganador de la última edición de la París-Niza no le vale con tener a su servicio a uno de los mejores equipos en el Giro de Italia. Quiere más. Pero, ¿es tan buen corredor como para merecerlo?
Richie realizó una excelente temporada en 2013. Campeón de la París-Niza, se convertiría después en lugarteniente de lujo de Chris Froome, hecho que no le impidió ser segundo en la Dauphiné Liberé y de apuntar a serlo en el Tour de Francia, donde sólo un mal día le dejó sin opciones.
Ahora, justo antes de comenzar los preparativos de la nueva temporada, lanza este dardo contra la propia estructura: se quiere marchar para ser líder. Todo pese a que será el hombre más destacado del Sky en el próximo Giro de Italia, carrera que al parecer no le es suficiente, pero que tal vez se aproxime más a su nivel que la mejor carrera del mundo, donde tiene por delante por este orden al vigente y al anterior campeón.
El problema es si hay muchos equipos dispuestos a mantener su contrato con los británicos -difícil que rechace fichar por menos- para apostar por él como posible podio en el Tour, algo muy incierto en quien todavía no ha tocado ni de lejos un podio en una gran vuelta.
¿Es tan bueno como para permitirse salir del mejor equipo del mundo? Tendría cabida en casi cualquier plantilla, pero no a cualquier precio.
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