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Fuente del Chivo, la cima de Cantabria

El puerto que conecta la estación de Alto Campoo con el mirador de Fuente del Chivo será final de etapa inédito en la próxima edición de la Vuelta. 2015 será año de novedades y la organización ya prepara un menú repleto de puertos que se escalarán por primera vez y otros a los que se dará un uso diferente. Es el caso de esta subida, que en varias ocasiones ha sido final ya de la ronda española. 

Sin embargo, la tercera grande nunca ha escalado sus rampas. Sí lo hizo en su momento el extinto Circuito Montañés, donde decidía edición tras edición gran parte de la clasificación final. En esta ocasión se llegará a la cima próxima a Reinosa procedentes de Vitoria. La capital vasca será la salida de dicha etapa, cuyo recorrido intermedio se desconoce, aunque la lógica apunta a que no incluirá demasiadas dificultades.

Un puerto que no entraña mucha dificultad en sus primeros dos tercios, hasta llegar a Brañavieja. Lo amplio de la carretera disminuye la sensación de puerto, si bien en algún tramo la subida se hace dura, sobre todo en el arranque tras pasar el pequeño pueblo de La Lomba. Una vez alcanzada la estación, el panorama cambia. Es cierto que durante muchos tramos las vistas sobre el valle son espectaculares. El dominio de la zona es abrumador y los miradores constantes.

Toda vez que lleguemos a la parte alta, el panorama cambiará por completo. Pasamos de dos carriles a uno, desaparece la delimitación central y la pendiente sube un punto la intensidad. Pronto nos encontraremos en un corredor de aire, ya que estamos encerrados entre montañas. Las pulsaciones suben y el esfuerzo no nos permite disfrutar de la subida y las imágenes que ofrece. El entorno no contiene arboleda, a esta altitud ya empezamos a sobrepasar las nubes. Algún pedazo despistado cruzaremos ante la amenaza de niebla en la cima, algo que de momento queda en mero susto.

El trazado, en ligeras curvas a izquierda y derecha, nos lleva a la parte final, donde las rampas comienzan a ser más violentas. La pradera hace que parezca un terreno idílico, un paraíso, pero pronto las piernas comienzan a pedir auxilio por encontrarse en un auténtico infierno. Es verdad que el tramo final, el más duro y espectacular, no es largo, pero una vez que la carretera comienza a colgar de la montaña, se pierde la perspectiva de la cima. En este punto se observa algo de niebla en los picos, algo que en esta zona es indicativo de que en breve no se verá nada, un problema para una bajada tan revirada, rápida y con visitantes ocasionales en medio de la vía (vacas).

La última rampa, con giro en herradura a la izquierda, es la más difícil. La carretera nos lleva a su final, una gran explanada desde donde el vértigo nos permite observar un mar de nubes a nuestros pies. Hay acceso a pie hasta los picos, si bien se puede ascender en MTB. Pronto no se verá nada, por lo que tras ascender por la pista y ganar vistas sobre las montañas cercanas, daremos media vuelta. Finalmente pudimos esquivar el ‘apagón’ y únicamente sufrir dificultades de visión en la última herradura del ascenso. Al ser buen piso y tomar precauciones, todo es más sencillo.

El piso es excelente, perfecto para rodar con la flaca y un gusto absoluto para los cicloturistas. A partir del mes de septiembre, también para los profesionales.

L.S.

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