Pese a que el corredor del Netapp-Endura se haya dado a conocer durante la pasada edición de la Vuelta, lleva ya once años como profesional, si bien sólo los últimos cuatro los ha cubierto en las filas de un equipo de cierto nivel. Ya ha tomado la salida en dos ocasiones en el Giro, finalizando ambas, y ha brillado con luz propia en el Mundial, donde en dueto con Jan Barta encabezaron la prueba durante muchas horas.
Ha sido una de las sorpresas agradables y a buen seguro le comenzaremos a ver en cabeza más de lo habitual hasta ahora. Combatividad extrema y un espíritu de hierro que pronto le llevará a una gran victoria, la que merece.
Fue hermoso verle con tanto tesón en el Mundial, precisamente bajo unas condiciones climatológicas durísimas. Ahí es donde se crecen los generales, los que imponen su ley ante todos los elementos. En la Vuelta le faltó fortuna y le sobraron ganas. Con un poco más de sangre fría le llegará algún éxito, con toda seguridad.
Acompañando al veteranísimo Szmyd, coincide en el tiempo con una hornada de polacos de muy buen nivel, con Kwiatkowski y Majka como mejores exponentes.