Igor Antón es uno de los ciclistas más carismáticos de la actualidad para la afición. El vizcaíno ha firmado sublimes actuaciones e importantes decepciones e, incluso, desgracias. Su relación de amor-odio con la Vuelta resulta apasionante, al igual que sus grandes gestas, como las victorias de etapa en la ronda española o la grandísima diana en el Zoncolan en el pasado Giro. Amable y accesible, como siempre, Igor nos contesta a las preguntas sobre su pasado, su presente y su futuro.
Querríamos comenzar la entrevista preguntándote cómo, por qué y cuándo comenzó Igor Antón a pensar en ciclismo.
Igor Antón: El ciclismo empezó como un juego. Me gustaba andar en bici, ir al monte con mi padre, conocer sitios, la naturaleza… Y la bici te permite unir todas esas cosas. A mis amigos también les gustaba… Empezó como un juego, una diversión, sin pensar en nada más que disfrutar con la bici y con los amigos.
Debutas como profesional y… ¿en qué piensas? ¿Te sientes cómodo? ¿Te da respeto?
IA: Una vez que pasas a la categoría amateur ves la posibilidad de ser profesional, aunque sabes que es muy difícil y que pocos llegan. Una vez que te dicen que vas a tener la oportunidad, se trata de asimilarlo y tratar de hacerlo lo mejor posible. Respeto tienes, pero hay que saber llevarlo y progresar.
Debutaste en el Giro de 2005, una carrera con grandes nombres, a los cuales les diste una pasada antológica subiendo un puerto. Bettini, Di Luca… ¿Cómo fue? ¿Te dio la sensación entonces de algún día poder batirles?
IA: Ir al Giro fue una gran experiencia. Pasas de verles por la televisión a estar compartiendo pelotón. Posiblemente haya sido la carrera en la que más he sufrido. Apenas tenía 22 años y era mi primera temporada como profesional, pero lo recuerdo con mucho cariño. Fue muy bonito compartir pelotón con ciclistas de esa categoría siendo tan joven.
En el 2006 llega tu primera victoria en la Vuelta. Desde entonces tu relación con la carrera ha sido agridulce. Pese a ser siempre uno de los grandes favoritos y tener unas condiciones espectaculares para una carrera tan explosiva, ¿qué te pasa con la Vuelta?
IA: Estoy seguro de que puedo pelear por ganar una Vuelta y que tengo una en las piernas, pero debo lograrlo. Hay que ser responsable y humilde.
¿Qué pasó este año? ¿Tanto daño hizo el Giro o quizás no se midió bien? He leído que una enfermedad te hizo llegar algo retrasado a la salida. ¿Es cierto?
IA: Bueno, tuve una gastroenteritis, el Giro fue mortal y tal que paliza no fui capaz de recuperar del todo bien…. Fue un cúmulo de circunstancias lo que me hizo no rendir como esperaba.
Pese a que las cosas no te salieron como querías en un principio, supiste luchar, rehacerte y conseguir una victoria merecidísima en Bilbao. ¿Qué supuso para ti?
IA: La verdad es que se ha hablado mucho de ese tema. Se crearon en torno a mí unas expectativas que luego no se vieron correspondidas. En 2010 llegué en un punto de forma muy bueno y de cara a 2011 parecía que tenía que llegar igual de bien o mejor, pero en el ciclismo no funcionan las matemáticas. Intentamos hacer las cosas lo mejor que sabemos. En 2010 el resultado fue muy bueno y en 2011 no salió tan bien. Pero saqué dos conclusiones muy positivas para mí. La primera, que supe superar los malos momentos y seguir adelante. Y la segunda, que en una Vuelta en la que no me salían las cosas como quería, gané una etapa histórica en Bilbao que será recordada siempre en Euskadi. Aquel triunfo en Bilbao será especial, subí escapado el puerto en el que me he entrenado mil veces, con todo mi pueblo volcado, y gané en la Gran Vía.
En 2010 eras claramente el más fuerte en montaña. ¿Realmente viste que aquel año era tu año? Por otro lado, queremos aplaudirte por tu reacción tan deportiva ante una caída tan inoportuna y dolorosa.
IA: La verdad es que las cosas iban muy bien y me sentía muy fuerte. No sé qué hubiese pasado. Nibali y Mosquera mostraron un gran nivel y el ciclismo, como digo, no son matemáticas. Y muchas gracias por lo segundo. Es lo que he dicho antes, hay que saber asimilar las cosas, tanto las buenas como las no tan buenas. Hay muchos niños que se fijan en nosotros, y hay que dar buen ejemplo.
Cambiando de tercio, en 2011 conseguiste una victoria espectacular en el Giro. ¿Me podrías hablar de ese Giro y de la etapa del Zoncolan?
IA: La etapa del Zoncolan de este año en el Giro fue muy importante, es una cima mítica en la que he inscrito mi nombre, un orgullo. El Giro fue durísimo. No solo el recorrido, también los traslados… Hubo un día que fuimos en coche y ferry a la salida, subimos el Etna, bajamos en autobuses, cenamos y cogimos un avión para llegar al hotel. Mucho desgaste. Se me hizo muy largo y muy duro. En 2012 solo haré Vuelta. Es una apuesta para llegar lo mejor posible a la Vuelta. Eso sí, en la primera parte de la temporada también apretaré.
El todopoderoso Tour es la grande en la que te falta brillar. ¿Te lo marcas como un objetivo para más adelante?
IA: Algún año me tocará ir e iré encantado. Todo en la vida tiene sus ciclos y las cosas hay que hacerlas bien. He estado dos años: el primero abandoné y el segundo lo acabé. Pienso que es una carrera en la que puedo lograr algo bonito, pero sin obsesionarme. Está el ejemplo de Samuel, que en sus dos primeros años abandonó y un tiempo después ha acabado tres veces entre los diez primeros, líder de la montaña y ganando una etapa como la de Luz Ardiden.
Si te dieran la oportunidad de elegir en qué etapa ganar, ¿cuál elegirías?
IA: Cualquiera es buena. En principio, tendría más opciones en una que acabe en alto.
¿Crees que rindes igual de bien en puertos largos y continuos como en los cortos y empinados? ¿En qué tipo de subida te sientes más a gusto?
IA: Al final, dependes de tu estado de forma. Si estas en buena forma, todos los puertos te van bien. Si no estás bien, pues se complica.
Hablando del equipo, fue un hecho histórico el haber ganado dos etapas en el Giro y una en Tour y Vuelta en el mismo año. ¿Qué opinión te merece? Una pena que parezca que no vaya a haber continuidad en un par de temporadas…
IA: Desde la concentración de noviembre nos han transmitido tranquilidad, que sigamos trabajando. Así que no podemos pensar en eso. Los directores se preocupan de esos temas. Lo nuestro es pedalear.
Quisiéramos que nos contaras cómo desconecta Igor Antón del ciclismo.
IA: Familia, amigos, ir al monte… Aprovechando los buenos momentos que te ofrece la vida.
Para terminar, un mensajito para nuestros lectores:
IA: Animarles a todos para que anden en bici, van a disfrutar. ¡Nos vemos en la carretera!
Realizada en enero de 2012