Historia
Il Lombardia constituye, más allá de donde nuestra memoria alcanza a recordar, el ocaso formal de la temporada ciclista y decimos formal porque, pese a los extraños inventos que a la UCI le dé por poner en marcha, la clásica lombarda supone el cierre de temporada para los pocos grandes capos que aún en estas fechas prolongan la temporada en busca de gloria, de reválidas o vaya usted a saber de qué. Conocida durante décadas como el Mundial de Otoño pues por entonces el campeonato del mundo se disputaba en agosto y algo más de un mes solía separarlas, convirtiendo a Lombardía en la Gran Carrera del final del curso ciclista, fue bautizada también y también debido a las fechas en las que se celebra, como La clásica de las hojas muertas.
La I edición data de 1905 y es organizada por La Gazzetta dello Sport desde 1907 y ni la I Guerra Mundial pudo con ella (durante la IIGM sólo dejó de celebrarse en 1943 y 1944), siendo Fausto Coppi, quién si no, el corredor con más victorias, 4, todas ellas consecutivas, en el período 1946-1949. De los corredores en activo, sólo Damiano Cunego está en disposición de igualar al Inmortal Fausto si bien sus prestaciones de los últimos años no parecen otorgarle muchas posibilidades siendo de 2008 la última de sus 3 victorias. Otro italiano, Michele Bartoli, dio lugar con su doblete de 2002 y 2003 a una curiosa tradición que parece instaurada en Il Lombardia desde entonces, y es que hasta cuatro corredores han repetido victoria en dos años consecutivos, a saber, Bettini 2005-2006, Cunego 2007-2008, Gilbert 2009-2010 y Joaquín Rodríguez 2012-2013. La victoria del catalán en 2012 fue, además, la primera obtenida por un corredor español en los más de 100 años de existencia de la prueba y supuso la caída del penúltimo bastión del ciclismo mundial que aún se nos resistía.
Recorrido
Il Lombardia es, de entre Los 5 Monumentos, el que presenta un recorrido más permutable a lo largo de los años. 5 localidades han sido final de la prueba (Milano, Como, Bergamo, Monza y Lecco) y hasta 9 han sido lugar de partida (Milano, Seveso, Brescia, Como, Monza, Varese, Cantú, Mendrisio y Bergamo). En esta edición de 2015 la salida será de Bergamo y la llegada a Como, después de recorrer 251 kilómetros, si bien y siguiendo en cierta medida el modelo de su hermana invernal, la Milán-San Remo, los 170 primeros kilómetros apenas presentan dificultad más allá de la distancia. Será en ese punto donde empiece la ascensión a la Madonna del Ghisallo, patrona de los ciclistas, como así quedó proclamada por el Papa Pio XII en 1948 en un acto en el que Fausto Coppi y Gino Bartali encendieron un fuego con una antorcha procedente de Roma y que aún hoy arde junto a la Capilla, lugar de peregrinación de miles de ciclistas a lo largo del año. Serán 8,5 kilómetros con una pendiente media del 6,2% y una máxima del 14% que si bien no van a decidir la carrera, puede servir para hacer una primera selección y más si tenemos en cuenta que se encadena inmediatamente después con la subida a Colma di Sormano, donde se encuentra el Muro di Sormano, de poco menos de 2 kilómetros pero con una pendiente media del 15,8% y rampas de hasta ¡27%! Una auténtica pared que puede permitir a quien tenga valor, romper la carrera descartando a más de un favorito pese a que desde su cima faltan casi 50 kilómetros hasta la meta. Y es que, lo que restará no es precisamente un paseo: un rápido descenso, algo más de 16 kilómetros de llano y la gran novedad de este año, la ascensión a Civiglio por una vertiente inédita de más de 4 kilómetros y casi un 10% de pendiente media que encadena con la subida a San Fermo della Battaglia, el habitual muro final antes de meta cuando la carrera acaba en Como, 2,7 kilómetros al 7,2% y que se corona a 5,3 kilómetros del final. Si alguien lo hace en solitario será prácticamente imposible arrebatarle la victoria.
Favoritos
En el momento de escribir estas líneas son muchos los equipos que aún no han confirmado su ocho pero de los que si lo han hecho, dos nombres sobresalen por encima del resto: Vincenzo Nibali y Alejandro Valverde.
El siciliano busca resarcirse de una temporada bastante amarga. A su discreto papel en el Tour de Francia se le une la polémica descalificación de La Vuelta. Desde entonces hemos visto un Nibali más combativo si cabe que antes, disputando la victoria en casi todo lo que ha corrido, dejando escapar por poco la Coppa Agostoni (2º), el Memorial Marco Pantani (3º) y el GP Industria di Prato (5º) pero conquistando la Coppa Bernocchi y Tre Valli Varesine, ésta última el pasado miércoles. Una victoria en Lombardía si bien no justificaría la temporada, cambiaría muchísimo el signo de la misma.
En cuanto al murciano, poco tiene que arreglar de una temporada sobresaliente una vez más. Vencedor de La Flèche Wallone y de Liège-Bastogne-Liège, y podio en el Tour, las cuentas pendientes de Valverde con Il Lombardia proceden de años anteriores y es que si los ganadores han cogido el hábito de doblar triunfo, el corredor de Movistar acumula un doblete… de segundas posiciones (2013 y 2014). Quinto en el pasado Mundial de Richmond, en un recorrido que para nada le favorecía, Valverde está en disposición de convertir un año extraordinario en histórico. La sensación es que, además, se lo merece.
Pero si algo tiene Il Lombardia es que se trata de una carrera enormemente abierta ¿verdad, Zaugg? Por eso, resulta imposible abstraerse de otros nombres, como los dobles ganadores, Philippe Gilbert y Purito Rodríguez. Si bien ambos presentan la credencial de haber logrado ya la victoria en esta carrera, dejan alguna duda más pues no parecen tan finos como sus rivales en este momento de la temporada. Justo lo contrario que Rui Costa, Majka, Poels o Pinot, mucho más entonados pero que pueden pagar caro la falta de experiencia en esta carrera, al menos respecto al belga y al catalán. Tampoco conviene perder de vista a corredores como Pozzovivo, Gallopin, Visconti o Gerrans, si bien la victoria de cualquiera de ellos constituiría una verdadera sorpresa.
NUESTRA APUESTA: Alejandro Valverde
NUESTRO OUTSIDER: Rui Costa
