Jens Voigt, el pacto con el diablo

El alemán de Grevesmühlen anuncia año tras año su posible retirada y año tras año renueva con nuevos proyectos, nuevas ilusiones y nuevos compañeros. No nos vamos a engañar, ya no es el de antes, pero aún con todo su ímpetu supera al de muchos noveles que deberían comerse el mundo al menos al mismo ritmo que Jens. 

Con 42 años y camino de los 43, afronta ya su decimoséptima temporada como profesional, que se dice pronto. Su presencia en el ejército retardó un pase que estaba claro después de su exitoso discurrir por el campo amateur. En 1998 firmó por Gan, su primer gran equipo, aunque no destacaría en él hasta que se denominó Crédit Agricole.

Sin embargo, comenzaría en ese primer año su gran relación con la Vuelta al País Vasco. Mientras el dominio de la ONCE en la general era muy claro, el teutón se llevó una etapa. Lo conseguiría en cuatro ediciones diferentes y casi siempre con el mismo modus operandi: atacando de salida en solitario y plantándose en meta ante la impotencia del pelotón.

En 1999 comenzaría a su vez una relación idílica con el Critérium Internacional, carrera que obtendría en cinco ocasiones. En las cronos ha sido un avión siempre, pero en la montaña se ha defendido. En el Giro 2006, donde fue pieza clave en la victoria de Ivan Basso, se filtró en una fuga de montaña junto a Juanma Gárate y pudo ganar en el durísimo Passo de San Pellegrino, pero ya que no colaboró rechazó la victoria. Un gesto único y poco usual. Así es Voigt, un tipo de principios y que ha ganado todo lo que ha ganado dando la cara.

Como curiosidad, es el único que ha repetido victoria en la extinta Vuelta Alemania, en la que se impuso en dos ocasiones. En dieciséis ocasiones estuvo en la salida del Tour, terminando en trece ocasiones y ganando tres etapas, aunque quién lo diría con lo presente que está en carrera.

El mayor susto que le ha aportado el ciclismo fue la caída que sufrió en el Tour de 2009 bajando el puerto del Petit San Bernardo. Tiempo le llevó superar dichas lesiones.

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