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Kivilev, once años de la tragedia

Andrei fue cuarto clasificado en el Tour de 2001. El corredor del Cofidis se coló en una escapada bidón camino de Pontarlier que le situaría en un emplazamiento inmejorable para lograr el primer podio de la historia de una gran vuelta conseguida por un kazajo. A última hora fue el español Beloki quien le arrebataría en una desesperada crono final el tercer peldaño de un podio que merecía. 

Desde aquel día se convirtió en un hombre célebre, un ciclista seguido por la prensa y con una gran ambición en sus objetivos. Contaba con un gran amigo en el pelotón, el también kazajo Alexandr Vinokourov. Cosas del destino, el corredor de T-Mobile era un especialista en París-Niza, edición que conquistó en 2002.

Lo que no sabía el campeón kazajo es que sería precisamente en su carrera donde perdería a su mejor amigo. Una edición, la de 2003, en la que ganaría, ascendiendo, dicen, el Mont Faron, sin alma, totalmente ausente.

La tragedia había tenido lugar camino de Pont du Gard. En una caída presumiblemente estúpida e inocente, el ciclista golpeó su cabeza contra el firme. Fue un día en el que cambió la reglamentación del casco: Andrei no lo llevaba y se achacó su pérdida a tal hecho.

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