Venia siendo un buen sprinter, si bien siempre en un segundo plano. Cavendish, Kittel, Degenkolb, etc estaban por delante de él. Sin embargo, en este 2015 ha empezado de forma sobresaliente. 2012 ya fué un buen año para él con la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de Londres, pero desde entonces no ha hecho sino mejorar.
Así, en 2013 consiguió una victoria en los 3 días de la Panne, otra en el Tour de Suiza y tres en el Tour de Noruega, su tierra natal. El corredor de Kathusa comenzaba a incorporarse a las primeras filas del pelotón de los sprinters. Pero sería 2014 el año en el que se le incluyó entre los mejores.
Una victoria en el Tour de Oman, dos en el Tour de Noruega y tres de menor importancia en Tour de los Fiordos venían a acompañar sus victorias en Milan-San Remo y en Vattenfall Classics. De postre, llegarían las dos victorias en el Tour de Francia, así como la segunda posición en la general por puntos. Incluso llegó a quedar octavo en el Campeonato del Mundo.
Por lo tanto hablamos de un sprinter que tiene cualidades para superar los repechos y los puertos cortos pero que también se faja bien en los sprints masivos. Un hombre rápido que ya se ha hecho con un buen curriculum, y que en este 2015 lo está engordando.
A falta de una etapa para concluir el Tour de Catar ya se ha hecho con tres victorias, y tiene la clasificación general a tiro de piedra. Es la primera carrera que corre este año, y veremos como prosigue. De momento la siguiente programada es el Tour de Omán, donde dispondrá de varias etapas al sprint para seguir probándose, antes de volver a Europa para probar con las semiclásicas Kuurne-Bruselas-Kuurne y Het Nieuwsblad antes de Paris Niza y la Milán San Remo.
Un calendario exigente en el que Kristoff puede confirmar que 2015 es el año de su explosión
