Es uno de los mitos del ciclismo. Uno de los pasos de montaña más majestuosos que existen, tanto por su trazado (48 curvas de herradura en la vertiente este) como por su altitud (2770 metros) como por su paisaje. Igualmente su dureza habla por sí sola. Tanto por su vertiente Este como por la Oeste suma alrededor de 20 kms de ascensión para superar más de 1500 metros de desnvivel. Pero,¿de donde viene ese aura de mito?
Corria el año 1820. Europa está gobernada políticamente por cinco grandes reinos. Francia, Reino Unido, Prusia, Rusia y Austria-Hungría dominan el panorama. El Imperio Austro-Húngaro se extendía por la península itálica, al sur de los Alpes. Así, el Véneto y la Lombardía le pertenecían. Y para unir la Lombardía con el resto del Imperio Austriaco se construyó, entre 1820 y 1825, este Passo dello Stelvio, o Stilfser Joch en su nombre alemán.
Para que se hagan una idea, Italia no existía. Las carreras ciclistas tampoco. El puerto se diseñó atendiendo a razones de tránsito. De tránsito de animales, puesto que el motor de explosión no estaba inventado todavía, y la máquina de vapor era una cosa extraña que se estaba extendiendo por un lugar muy lejano llamado Inglaterra.
Sin embargo, su nombre ha llegado hasta nosotros por el ciclismo. Por las batallas libradas en sus rampas, por cualquiera de sus dos vertientes, en subida o en bajada. Y sin embargo no es un puerto muy transitado en el Giro de Italia. Sólo se ha subido en 9 ocasiones. Eso sí, siempre lo han coronado en cabeza grandes escaladores. El primero de ellos, Charly Gaul en 1961. Fuente y Galdós son los dos únicos españoles que lo han coronado en cabeza, mientras que Joaquin Rodriguez estuvo a punto de voltear el Giro a su favor en 2012. En 2014 la batalla se vivió más en su descenso que en su ascenso, cimentando en ella las bases de la victoria Nario Quintana.
Sin embargo tambien hubieron otras batallas en su cima, de más difícil recuerdo. Con la independencia de Italia en 1870 el Stelvio quedó dentro del territorio italiano, muy cerca de la frontera con Austria, lo que provocó que durante la Primera Guerra Mundial fuera escenario de sangrientos combates.
Afortunadamente hoy es un paso de montaña donde todo tipo de deportistas pueden disfrutar de diferentes deportes. Y los aficionados al ciclismo corremos raudos a sentarnos ante el televisor cuando sabemos que se va a subir en carrera, porque sabemos que “algo” va a pasar.
