El ex ciclista de Movistar firma por el turco Torku y obtiene así su última oportunidad de volver a la élite. Sin opciones de fichar por ningún equipo del World Tour, el cántabro ha querido seguir en activo y no tirar la toalla, lo cual, pese a tener que reducir ampliamente su contrato en el equipo español, es un buen síntoma.
Al menos un síntoma de mejoría en su actitud, que ya se echaba en falta. Cobo no ha vuelto a competir a gran nivel desde que se enfrentase al difícil reto del Giro de Italia, una prueba por la que pasó sin pena ni gloria.
Ahora tratará de encontrar sensaciones, teniendo un año de transición quién sabe si hacia un camino de vuelta al máximo nivel. El potencial que puede ofrecer ya es conocido, aunque también sus recaídas, lo cual asusta mucho a unos equipos que con la crisis de patrocinios cada vez tienen más y mejor donde elegir.
Parecía que una vez conquistada la Vuelta en 2011 se asentaría con una regularidad que nunca había tenido. Sin embargo, su única aportación al equipo de Eusebio Unzué, con el que comenzó en 2012, ha sido lucir el dorsal número uno en la Vuelta de aquel año, pese a que no lo hizo de forma muy digna, muy desaparecido en carrera.
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