Hace no tanto tiempo el ascenso a los Lagos suponía un hito, un día de fiesta para Asturias y España entera, con la celebración del día más grande de ciclismo casi del año. En la actualidad sólo los nostálgicos recuerdan la importancia de este puerto para el autoestima de nuestro deporte.
Un mito donde se han escrito páginas y páginas de leyenda. ¿Por qué el Principado insiste en llevar la Vuelta allí edición tras edición?
Existe un gran poder turístico en Covadonga, el gran símbolo de la Reconquista y en un enclave único. Hasta ahí de acuerdo. Es hasta cierto punto lógico que sea rentable mantenerlo en un evento internacional cada poco tiempo.
Pero a fuerza de ver temporada tras temporada cómo los grandes no pelean la victoria en la cima, sólamente se está logrando desprestigiar a una cima donde antes ganaba la élite de la élite. Un caso similar le sucede al Angliru, donde el gris Cobo y el prometedor Elissonde han rebajado el caché que logró por medio de Chava, Heras, Simoni o Contador.
¿Hay alguna fórmula para evitarlo? El ciclismo ha cambiado y ya sólo se pelean los triunfos de etapa si hay bonificaciones o un rédito real para las generales, al menos por parte de los favoritos.
¿Y una cronoescalada? ¿Y una etapa de verdadera montaña? Cualquier cosa antes de enterrar a un símbolo del ciclismo asturiano y mundial.
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