Al hilo de lo sucedido hace unos días en la Nokere-Koerse, entre Kris Boekmans y Justin Jules, pero sobre todo al hilo de lo sucedido en la Volta a Catalunya, se ha creado bastante polémica con el tema de los jueces.
Establecer el reglamento de competición de una carrera ciclista es potestad única y exclusiva de la UCI. Por supuesto, la UCI, para su mejor hacer, deberá pedir periódicamente informes tanto a ciclistas, como a directores deportivos, como a organizadores, como a los propios jueces, para que ese reglamento se adapte efectivamente a cómo está evolucionando la realidad del ciclismo. Y modificar cuando sea necesario ese reglamento. Con el objetivo de que no sea algo anclado en el pasado e imposible de aplicar en el momento actual.
Las modificaciones, mejor realizarlas a temporada concluida, para que así no surjan dudas ni entre los protagonistas ni entre los y las aficionadas que lo seguimos.
Pero mientras no se modifica ese reglamento, se aplica con todas sus consecuencias. Un reglamento aporta unidad de criterios. Es la mejor defensa que tienen los jueces cuando se limitan a aplicarlo. Y precisamente esa unidad, ese hecho de ser único en el momento que sea, es la que aporta seguridad a los ciclistas de cuáles van a ser efectivamente las sanciones que reciban si lo incumplen.
Lo que no deben hacer los jueces es comenzar a evaluar si esa norma es “justa o injusta”. No a la hora de aplicarla en una competición. Se deben limitar a considerar si la supuesta infracción sucedida en carrera está tipificada o no en el reglamento. Si es que está tipificada esa conducta, se limitarán a aplicar la sanción correspondiente. Si no, no aplicarán sanción y ya está.
Lo que no puede ser es que entendieran que hay infracción, porque de hecho la penan, pero que no penen la acción conforme a reglamento. Porque la imagen que se transmite es de mercadeo de la sanción. En unos casos sí, en otros no. Ahí surge la polémica.
Desde hace ya unas décadas, en el mundo del fútbol se creó una tendencia que primaba a los árbitros que supieran “llevar un partido”. Más que a los árbitros que se limitaran a aplicar estrictamente la norma, los medios de comunicación, y por ende la afición, premiaron a los árbitros que tenían en cuenta ciertos factores, ciertas consideraciones, teorizasen con ciertas aspectos… Que cada uno saque conclusiones de si eso ha sido positivo o negativo para la evolución del fútbol. Yo lo tengo bien claro, y de ello se han beneficiado los futbolistas más “jetas”.
Desde luego para mí, la acción de Rojas en la cronometrada Banyoles no es punible. En el sentido de que no se adecua a lo tipificado por la norma. Pero si los jueces la consideran punible, cosa que yo respetaría, deben aplicar la sanción en toda su extensión. Lo que no debe suceder en ningún caso es que la sanción “se negocie” en plena competición, como da la impresión que ha sucedido. Y cuando se negocia, ya se sabe que no todos son igual de fuertes en esa negociación, y surgen inevitablemente las injusticias.
El ciclismo no debiera seguir en este aspecto la deriva antes mencionada que ha tomado el fútbol. A mi que por un empujón en una cronometrada por equipos se sancione con un minuto me parece justo. Es decir, la norma no me parece injusta. Lo que yo entiendo es que, sin embargo, la acción de Rojas no se adecua a lo tipificado por la norma. Pero eso son apreciaciones. Y tanto la mía como la de las jueces son respetables. Lo que no es respetable es no aplicar el reglamento establecido cuando los jueces han considerado que ha habido una determinada infracción.
Afortunadamente, tras el paso de las horas, tras las peticiones a instancia de parte, tras las “supuestas negociaciones”… la UCI rectificó y aplicó el reglamento. Pero fueron horas de bastante desconcierto. De todas formas, con lo sucedido, parece que se “ha abierto una veda”. En el futuro próximo todos estos toques, empujoncillos, empujones… se van a mirar con lupa, y la polémica va a estar permanentemente instalada. Y eso no beneficia nada al ciclismo. Un error, afortunadamente rectificado, pero que va a tener consecuencias.
@ranbarren