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Pantani, sed de venganza

Salida del Tour 2000, Pantani viene de vivir un infierno tras Campiglio en el Giro 99. En él ayuda a su compañero Garzelli a ganar la carrera controlando el tempo y los ataques de Simoni en el Izoard.

En la salida del Tour los tres últimos campeones: Ullrich, Pantani y Armstrong. La lucha está servida, aunque el italiano y el alemán son incógnitas.  Y el primer test serio, los Pirineos, con una única etapa, la llegada en Hautacam.

Atacaba Zulle, le contratacaba Pantani y Armstrong lo remachaba. El americano empezaba una contrarreloj en la que cazaba a todos los escapados salvo al Kelme Otxoa, que ganaba por menos de un minuto. Armstrong sacaba más de 3 minutos a Ullrich y más de 6 a Pantani.

Armstrong era el nuevo líder, el Tour parecía acabado.

El siguiente duelo era en el gigante de Provenza, el Mont Ventoux. Ullrich, Armstrong y los Kelme ponían ritmo, Zulle, segundo en el Tour 99, se despedía de sus opciones y Pantani sufría, hacía la goma el italiano. Sin embargo, cuando el grupo de favoritos afrontaba los últimos kilómetros, con su paisaje desértico, el Pirata resucitaba, y atacaba en repetidas ocasiones hasta marcharse.

Podía volver a ganar en el Tour, sin embargo, Armstrong saltaba por detrás para cazarlo fácilmente y regalarle la etapa. Pantani se sentía humillado, esto no iba a acabar así.

Con la llegada de los Alpes y una etapa de más de 250 kilómetros con Allos, Vars e Izoard, Pantani se elevaba sobre su bicicleta en el Izoard destrozando el pelotón, Armstrong le atacaba a su vez marchándose en solitario, todo se reagrupaba antes de la cima, pero Pantani ya era otro, estaba empezando a ser una amenaza para el americano.

Y al día siguiente Couchevel. Se llegaba a la subida final con una escapada por delante con Botero, Otxoa, Nardello y Jiménez y el US Postal controlando por detrás. Pero Pantani no iba a perdonar, atacaba y se marchaba con Armstrong a rueda, otra vez duelo en las cumbres. El escalador español Roberto Heras los cazaba, pero Pantani volvía a acelerar y esta vez el americano cedía, sólo quedaba Jiménez por delante y Pantani volaba, era su oportunidad, la victoria del Ventoux había sido amarga.

Devoraba los últimos kilómetros cazando poco antes del final a Jiménez, la victoria era suya, no había regalos en Courchevel, su garra y orgullo de campeón le daban la que sería su última victoria.

Al día siguiente se embarcaba en una empresa suicida atacando camino de Morzine casi desde la salida, con Escartín de compañero de lujo. Eran cazados antes de Joux Plane y Pantani cedía. Ese día Armstrong acusaba la tensión de toda la etapa tras el italiano y sufría en la subida, perdiendo tiempo como nunca más lo haría. El Pirata se había vengado, abandonaba el Tour y el destino lo abandonaba a él. Nunca volvería a ser el mismo a pesar de realizar un decente Giro 2003.

Al año siguiente, el 14 de Febrero de 2004, se apagaba su llama, Pantani era encontrado muerto en un hostal de Rimini. El escalador de leyenda había cedido en su carrera por la vida.

Sólo me queda decir que para este que escribe, Marco nunca murió, las leyenda perduran por siempre, y cada vez que el Tour o el Giro encaran las cumbres, siempre, siempre, un italiano desde algun lugar las mira con suficiencia, Marco Pantani, el último de una estirpe de escaladores. Escaladores de leyenda.

Pedro Gª Redondo

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