El considerado mejor sprinter de la actualidad tiene un pequeño problema. A él le encantaría tener un equipo hecho por y para él. Sin duda, sería un equipo rentable, ya que teniendo la carrera y la llegada masiva bajo control, es el mejor. En cambio, Lefevre reconoce que el nueve del Tour no estará basado al 100% en él.
Justo lo contrario a la previsión, que era muy del agrado del británico, que sueña con ser el líder único como le sucedía en el HTC-Columbia. Entonces era un llegador implacable, no había quién pudiese adelantarle en la recta final. Era un estilo frecuentado por Cipollini, el dominador de las volatas durante los años ’90. Él era sus equipos, sus equipos eran él. Sin embargo, sin Renshaw y con una división de intereses entre más ciclistas, el rendimiento de Mark ha caído.
Ahora con su lanzador favorito y amigo de vuelta a su lado tras probar como primer espada, 2014 se presenta como un gran reto para Omega y para Cavs no sólo a nivel de resultados, sino en lo que respecta a la jerarquía. Si en julio el nueve que rodea al inglés se vuelca con él, todos felices. Si Urán o algún otro escalador se presenta con intenciones y se le destinan algunos corredores, habrá polémica y declaraciones de protesta.
Ha sido siempre así y nunca cambiará. Esperemos, por la paz en el conjunto belga, que los resultados acompañen y no haya lugar a esta cuestión.
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