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Michael Rogers, el año de su vida

Tal vez no sea el más celebrado por su parte, o tal vez sí. Mes de diciembre: el ciclista australiano es suspendido por la UCI debido a un nivel irregular de clembuterol. Una sanción que recordaba a su compañero de equipo, un caso tan sonado como el de Alberto Contador. En abril se reconoce su inocencia, algo que difiere del caso del español, volviendo a la competición de inmediato. Ganaría una etapa magnífica en el Giro de Italia, saltando en el descenso de un puerto que conducía a la meta de Savona. Ganaría en el Zoncolan, un lugar cruel para un hombre pesado como él y donde jamás nadie hubiese imaginado su victoria. 

Una gran alegría para él y su equipo, que alejaban así muchos fantasmas y restaban a su presencia en las carreras una notoria presión. La celebración fue intensa, pero no quedaría ahí su vuelta al máximo nivel, si es que en algún momento el triple campeón del mundo contrarreloj lo había abandonado. Transformado en un corredor bastante más completo, mejorando notablemente en la montaña y reconduciendo su especialización a ayudar a sus grandes líderes, adquirió un nuevo estatus en el Team Sky.

Fue tal el control que ejerció sobre el pelotón que se erigió como una pieza muy codiciada en el mercado para el Tour de Francia. Contador, que había pedido refuerzos para su enésimo asalto, no le dejó escapar. Su labor en la edición de 2013 fue magnífica, sólo entristecida por el mal año de su líder.

Sólo doce meses después, sin Alberto en liza, logra ganar una etapa que no sólo le confirma como un corredor de gran clase para la montaña, sino que le ofrece un tercer homenaje y le convierte en uno de los nombres más importantes de la temporada en las grandes vueltas. De hecho, ha firmado una de las fotos del año al imponerse en la joven, pero clásica, cima del Zoncolan italiano. Un puerto durísimo donde sólo los grandes escaladores han sido capaces de dejar su impronta. Ahora le ha tocado el turno a Balés, ese relativamente nuevo coloso pirenaico que aspira a hacer sombra algún día con su historia al resto de gigantes vecinos.

He ahí el gran mérito de Michael, de reinventarse aun en situaciones muy provechosas y cómodas para él, con buenos contratos y tirón para vivir de las rentas el resto de su carrera. Eligió ser parte importante del ciclismo y lo está consiguiendo, pese a que la UCI pudiera habernos quitado a este gran talento por un positivo ‘extraño’.

L.S.

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