Sagan sigue perdiendo carreras en situaciones en las que debería ser muy superior. En la Strade Bianche, clásica con una grandes posibilidades de consolidación, volvió a ser segundo, al igual que sucediera en 2013, aunque entonces un compañero aprovechó el marcaje a su bicicleta. Ahora, en 2014, ha perdido en la situación ideal para el eslovaco. ¿Por qué?
Corre muy presionado el líder de Cannondale, con mucho peso en carrera y muchas miradas, algo que hace que un ciclista tan joven -aunque sea tan bueno- sufra un desgaste extra sobre sus rivales. Tiene una forma de afrontar las carreras muy valiente, pero que le expone demasiado. Alejandro Valverde cometía el mismo “error” en el comienzo de su etapa profesional.
Esa puede ser una lectura de lo sucedido el sábado 8 de marzo. Otra puede derivar más en el talento de Michal Kwiatkowski. El polaco estuvo impecable e imparable, está de dulce y es el corredor de moda. Sin embargo, no debería ser rival para un ciclista llamado a ser el gran dominador de las pruebas de un día.
El corredor de Omega-Pharma fue una bala, leyendo muy bien la carrera y mostrando una gran inteligencia, que es su valor añadido, si ya sus condiciones ciclistas son de un auténtico fuera de serie. Siendo tan joven, su rendimiento da miedo. Enfrentado a un compañero de generación -ambos son de 1990-, debe ser una preocupación para Peter si se dedica a su terreno predilecto.
Parece que intentará el asalto a las grandes vueltas, al menos de inicio, lo que debe suponer un pequeño respiro para el eslovaco. Aunque si observase que las de tres semanas se le atragantan, ya sabe que tiene un terreno idóneo para él, donde se puede expresar a las mil maravillas y donde plasmar su ambición.
