Nacido en Navidad y sobrino del mítico Francesco Moser, el trentino de 1990 forma parte de la generación de jóvenes crecidos en Liquigas y que ahora forman parte del poderoso Cannondale de Sagan. Es una de las joyas que esconde el ciclismo italiano, si bien se desenvuelve muy bien en clásicas, mostrando clase en todos sus demarrajes.
En 2013 ‘sólo’ se ha llevado la Strade Bianche, una prueba de un gran valor simbólico y por la que compitieron gente como Cancellara o su compañero y líder eslovaco. Un auténtico golpe de efecto con el que aprovechó la vigilancia al killer. Pero había que estar en el selecto grupo que se jugó la carrera. No todos pudieron estar.
Moreno Moser ha heredado de sus tíos ese talento para rodar, para el llano. Falta que desarrolle aún más la picardía y mejore los escenarios en los que mostrarse. Poco a poco se irá convirtiendo en la alternativa a Peter Sagan, por lo que su equipo le cuida para que poco a poco vaya sintiendo la presión de los resultados.
En principio su carrera estará destinada a las pruebas de un día, pero ya tiene una Vuelta a Polonia en su palmarés. ¿Y si se le diesen bien las vueltas? Ocasiones tendrá para probarlo, pero antes debería demostrar muchas cosas en la alta montaña y en la contrarreloj. Pese a todo, ha logrado ser tercero en la cima de Alpe d’Huez, algo que tiene mucho mérito y abre muchas puertas a su futuro. Tendrá que probar.
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