Óscar Sevilla: Café manchego

El ciclista del Team Medellín ya se recupera en su domicilio de las lesiones sufridas el pasado domingo cuando cinco individuos le asaltaron mientras entrenaba en Bogotá, y le robaron la bicicleta y algunos enseres personales.

Pasadas las primeras horas tras el susto y ser intervenido quirúrgicamente en la Clínica Santa Fe, con fractura de cúbito y radio en su brazo y en dos de sus costillas, el corredor nacido en Ossa de Montiel ya afronta su recuperación esperando al menos reaparecer en alguna carrera esta temporada.

Fuente: redes sociales

La carrera de Óscar Sevilla siempre ha sido llamativa, llena de luces y sombras, grandes momentos y alguna que otra decepción. A un comienzo y un gran futuro muy prometedor le siguió la losa de la Operación Puerto que vuelve a estar en boca de todos estos días, pero al contrario de quedarse en el limbo como  muchos de los afectados o verse obligados a la retirada tras la sanción como algunos ya excorredores, Sevilla decidió irse a Colombia y allí el ciclista con cara de niño, se hizo hombre. Y se convirtió en uno más.

Tras brillar en el Kelme de Escartín, Heras o Botero y llegar a ser el mejor joven del Tour de Francia en 2001 y segundo en la Vuelta de ese año sólo superado por Ángel Casero, vio como en las temporadas posteriores por diversos problemas físicos o caídas  no acababa de dar ese golpe en la mesa que con su clase y edad se le pedía.

Salió de Kelme y tras una temporada en Phonak llegó a Telekom en 2005 donde sería uno de los hombres de confianza de Jan Ullrich; sin embargo su fichaje por la escuadra germana fue el inicio de su fin como ciclista de un equipo Pro Tour cuando sólo contaba con 30 años de edad al ser identificado en 2006 como uno de los clientes de la red de Eufemiano Fuentes en la Operación Puerto.

Sevilla lejos de parar a pesar de su relación con la infame trama de dopaje, no fue sancionado y siguió compitiendo fichando en 2007 por el equipo Relax Gam de categoría Profesional Continental donde cosechó buenos resultados en la Volta a Catalunya o en la Ruta del Sur.

Después al año siguiente Óscar Sevilla dio el salto al continente americano fichando por el Rock Racing de categoría continental donde tuvo su primer contacto con la Vuelta a Colombia ganando una etapa.

Fuente: redes sociales

A partir de ese momento, a pesar de seguir compitiendo en Europa, Sevilla empezaba a ser un asiduo en las carreras del país cafetero y llegó a recalificarse como amateur.

Mientras que en esos años en España algunos de los ciclistas implicados en la Operación Puerto se retiraban o se encontraban sin equipo, Sevilla se buscó la vida y empezó a hacer de Colombia su país de residencia compitiendo con distintos equipos y ganando carreras como la Vuelta a México o Vuelta a Antioquía.

Sin embargo en 2010 dio positivo por almidón hidroxietílico, y aunque siguió corriendo a la espera de una resolución, fue sancionado anulándosele sus resultados en 2011 y volviendo a la competición en 2012.

Pero con 35 años, cuando muchos ya habrían parado y se habrían retirado tras ese peregrinaje de equipos, categorías y sanciones, Sevilla dio otra vuelta de tuerca y se nacionalizó colombiano.

A pesar de disputar con España dos mundiales, el propio ciclista ha manifestado en varias ocasiones que le gustaría disputar un Campeonato del Mundo representando a Colombia. De hecho uno de los logros de Sevilla ha sido el importar para Colombia el  modelo europeo de entrenamiento y la cultura ciclista de los equipos World Tour en los que él se desarrolló y con él han crecido algunos de los actuales referentes del ciclismo colombiano como Sergio Henao.

Cuando aquí en España los Valverde, Contador o Purito ocupaban los titulares y eran las referencias, un Óscar Sevilla ya asentado en Colombia creaba una familia y se posicionaba como uno de los referentes del ciclismo sudamericano con victorias en etapas y generales en la Vuelta a Colombia, Tour de Río o la Vuelta a Antioquía, entre otras.

Pasada ya la cuarentena, Óscar Sevilla es un ciudadano colombiano más, incluso al escucharle, ha perdido ese acento manchego por uno colombiano. Es más, físicamente ya no tiene esa cara de niño con esos mofletes sonrojados que llamaban la atención y su cambio por el paso del tiempo es notable.

A pesar de su extraña carrera muy diferente a lo que se pensaba hace casi veinte años, Óscar Sevilla ha sabido reconvertirse en un ciclista de referencia para muchos de los jóvenes corredores colombianos que hoy brillan en equipos World Tour. Sin duda, una historia que llama la atención y que ojalá, a pesar del susto de este fin de semana, aún le queden varios capítulos y que el manchego cafetero siga haciendo lo que más le gusta: seguir compitiendo en bicicleta. Una bicicleta que por cierto ya ha sido recuperada por la policía.

Esperemos no hablar más de esta clase de incidentes, que por desgracia y no sólo en Colombia, les ocurre a los ciclistas cuando salen a entrenar.

SERGIO ANDRÉS / @entrebiciybalon

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