El eslovaco es una de las apariciones más importantes en cuanto a ciclistas jóvenes de los últimos tiempos. Gran esprínter, habilidoso en la media montaña, en las clásicas… ¿os suena? Normalmente a los jóvenes los ciertos parecidos a grandes campeones terminan por ser losas en su trayectoria. Sin embargo, el de Liquigas no parece amedrentarse ante la presión de tener a todos los aficionados y medio pelotón mirándole de reojo.
Es un chico aún muy joven, pero que ya se ha codeado con los mejores en las mejores carreras, demostrando que sus puntos flacos apenas son tal. Incluso este año los “capos” han empezado a temerle en las piedras. Si no fuese por un imparable Boonen, Peter se habría llevado ya alguna clásica de pavé.
De todos modos, hay que ser cautelosos con la evolución de un ciclista que puede marcar una época. La irrupción de Valverde fue similar en cantidad de victorias. Algunos periodistas, incluso, comenzaron a ver en él no sólo a un Jalabert, sino a un Hinault, un ciclista total, capaz de ganar todo tipo de carrera por ser simplemente el mejor en todo. El tiempo y el murciano demostraron que él sí estaba más cercano a Jalabert que a todo un ‘caimán’. Ambos vencieron una Vuelta, se llevaron Monumentos e, incluso, se estrellaron contra el Tour de Francia.
Este año probará Sagan las carreteras francesas. ¿Nos encontraremos con un tercer accidente contra las grandes montañas? La respuesta la tendremos en unos años, cuando Peter sea un ciclista maduro y con límites. Ahora es especulación pura y dura. Otros intentaron comerse el Tour y acabaron devorados por una máquina de selección y filtrado de estrellas. Los que pasan la criba suelen ser superestrellas de este deporte en grandes rondas, las que al final dan el reconocimiento global del mundo ciclista y no ciclista.