El catalán ya tiene su programa definido para 2014, con el Giro, la Vuelta y el Mundial como grandes objetivos. Tiene muchas espinas clavadas y sabe de la dificultad del reto de ganar dos carreras de tres semanas en un mismo año. Además de estar al máximo nivel, debe evitar las caídas, los errores fatales como el que le dejó sin el maillot rojo de la Vuelta ante Contador, o que haya otro corredor más fuerte que él.
Como él mismo reconoce al portal Cyclingnews, ¿por qué no puede conseguirlo? Sólo los más grandes han realizado un doblete y además lo han rematado con el arco iris. Él se encuentra a ese nivel, con capacidad para llevarse vueltas como la española o la italiana. El Tour es otra historia. Habiendo subido al podio en 2013, parece que no se va a obsesionar con triunfar en ella.
“La última contrarreloj es muy larga y está al final”, afirma. Ese miedo al esfuerzo individual es su gran hándicap, desarrollando sus programas año tras año dependiendo de este hecho. Inteligente porque, pese a que ha mejorado mucho en la disciplina, el ciclismo moderno se juega en tan pocos segundos que no le alcanza para ser competitivo por la victoria.
Con el Mundial en Ponferrada, se espera mucho de él. “Que el Campeonato sea en tu país lo hace muy especial”, relata el líder de un Katusha que tiene previsto que compita menos con el madrileño Dani Moreno, al que posiblemente eviten llevar al Giro de Italia. Sabe el ex de Caisse d’Epargne que estaba en sus piernas el maillot arco iris y que es un tipo de carrera que se adapta perfectamente a sus características.
Las Árdenas serán otro objetivo importante camino del Giro, aunque sin obsesiones. Ganar una gran clásica como Lieja es difícil y depende de muchos factores. En 2013 ha estado muy cerca de lograrlo. De lo que no cabe duda es de que en 2014 si todo va según lo previsto, volverá clamando venganza.
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