¿Qué sentido tiene el actual Campeonato de España?

Ninguno. Se trata de una carrera en un modelo absolutamente anticuado, sin ningún sentido práctico ni fórmula para ver un buen espectáculo. En un contexto en el que había cuatro grandes equipos españoles (por ejemplo, Vitalicio, Banesto, ONCE y Kelme en la recta final de los ’90) sí había lucha, incertidumbre. En este momento, la única duda reside en saber qué corredor de Movistar, salvo milagro, se viste el maillot rojigualda. No hay igualdad con el resto de equipos ni en calidad ni en cantidad, no hay alternativas salvo el Caja Rural, único conjunto con efectivos y cierto potencial para plantar cara al equipo número uno del mundo en 2013.

Del resto del pelotón, o bien se trata de corredores que no poseen ese nivel World Tour o bien no tienen efectivos para controlar y luchar en igualdad de condiciones. A poco que el recorrido permita recovecos tácticos, poco o nada tienen que hacer ante la aplastante mayoría de Movistar. Así se han disputado la mayoría de las carreras continentales profesionales en España, en un duelo directo con Caja Rural. Con una excepción, la Vuelta a Castilla y León, pero ¿realmente puso toda la carne en el asador el equipo dirigido por Eusebio Unzué?

Una posible solución a este problema sería no competir por escuadras, sino por selecciones autonómicas. De ese modo se daría relevancia a las Federaciones territoriales y se reavivaría la competitividad de un Campeonato que lo necesita para recuperar su prestigio. Seguiría habiendo desigualdad en los equipos. Por ejemplo, Murcia tendría en sus filas nada menos que a Alejandro Valverde, Luis León Sánchez o José Joaquín Rojas. Pero al menos se igualaría el número de corredores por equipo.

Este sistema serviría a los conjuntos para encontrar cierta representatividad, algo que se ha perdido en el ciclismo más allá de los Campeonatos del Mundo y que funciona muy bien en otros deportes. Ya que la competición no genera el interés que debiera, algún sistema hay que buscar para que su imagen recupere realce.

Algo es necesario hacer ante una carrera en la que no serán de la partida algunos de los grandes nombres de nuestro ciclismo, resignados a que nunca vestirán la camiseta de campeón de su país, y no por falta de interés, sino por la falta de oportunidades. Caso más claro el de un Alberto Contador que haría mucho bien luciendo en su palmarés y en su lucha contra el gigante Froome el maillot de campeón de España. No hay mejor manera de promocionar el ciclismo español.

En cambio, los recorridos año a año impiden a estos grandes corredores tener la ocasión de plantearse acudir, más allá de las polémicas y las huelgas relacionadas con las dietas de años previos, que tampoco ayudan. La centralización geográfica de los mismos tampoco. ¿Es realmente tan necesaria la promoción del Mundial de Ponferrada? En España es una carrera que no engancha tanto como las grandes vueltas, además de que ya nace manchada con las tantas polémicas que han rodeado la materialización del proyecto. Y los extranjeros dedicados a las clásicas y los Mundiales ya la tienen señalada como día ‘D’ en sus calendarios per se, sea en Ponferrada, en Londres o en Roma.

Por ello, no es en absoluto necesaria la insistencia con promocionar el ciclismo en el Bierzo cada año. Hay más sitios donde poder realizar el Campeonato y dotarle de un recorrido más apto para las sorpresas, observando la situación concreta del pelotón que lo va a disputar. Sí sería interesante si se hubiese incluido en una ronda por etapas abierta a los corredores extranjeros y en una fecha distinta a mayo, donde los equipos importantes están en el Giro, en California o descansando de cara al segundo pico de forma encarado al Tour.

Un sinfín de cuestiones que finalmente acaban por dejar en el desprestigio casi absoluto a una carrera que representa a todo un ciclismo y que no lo merece.

L.S.